viernes, 25 de noviembre de 2011

Lecciones de vida ante situaciones límite

ABC

El próximo viernes se celebra «Lo que de verdad importa», un congreso para aprender de los que se han enfrentado cara a cara a las pruebas más duras


MARTA BARROSO / MADRID
Día 20/11/2011

josé alfonso

Nos quejamos. De la vida en general. Protestamos. La sonrisa se vende cara. Los saludos también. El día a día, frenético, hace olvidar lo que de verdad importa. Estar sanos. Ser libres. Poder andar, correr, comer, leer. Querer. La familia, los amigos. Las personas. Lo tangible pero, sobre todo, lo intangible. Lo que no se toca pero se palpa. Los valores, los sentimientos. Sin embargo, solo cuando algo terrible pasa, reaccionamos. Algunos solo en el momento; otros, para toda la vida. ABC hoy se acerca a unos seres únicos, excepcionales, que viven o han vivido situaciones extremas. Y lo han superado. Con creces. Forman otra estirpe. Porque desde que se levantan hasta que se acuestan nos dan una auténtica lección de vida. Sus valores son otros. Que nos sirvan de ejemplo.
Mar , Jorge y Bernard. Así se llaman los protagonistas de nuestras páginas. Tres personas, con mayúsculas, que han sido invitadas para participar en en el Congreso Lo que de verdad importa(LQDVI), que este año cumple su quinto aniversario. Enhorabuena.

«Quiero que la gente venga a nuestro lado, el de los que ayudan»

Desde que comenzó su andadura en la ciudad de Madrid, con un éxito aplastante, este congreso se ha convertido en un símbolo para la juventud. Hoy en día ya son diez las ciudades españolas que lo acogen todos los años. Y en todas hay largas listas de espera para conseguir las entradas. Gratuitas, por supuesto. Todo empezó cuando leí el diario que escribió durante su enfermedad (terminal) un millonario americano», explica María Franco Presidenta de la Fundación Lo que de Verdad Importa, organizadora, junto a la Fundación Telefónica, de este evento. Dejó impresas sus reflexiones sobre las cosas que realmente importan en la vida, esas que dejamos pasar por no valorarlas lo suficiente, como a veces ocurre en la juventud. Lo escribió para sus hijos. Me impactó tanto que pensé que era un mensaje fantástico para la gente joven. No hace falta que ocurra una tragedia para valorar lo que realmente merece la pena. Y hay que crecer sabiéndolo. Sin duda.

Mar estudia quinto de Periodismo, graba las clases y hace exámenes orales

Esfuerzo, constancia, superación, energía, lucha, querer, poder. Son tantos los mensajes que reciben los jóvenes -y los no tan jóvenes- que asisten a estos eventos que a muchos les ha cambiado la vida. De ello dejan constancia los emails recibidos en la fundación. Como el del chico, peleado desde hace años con sus padres, que del congreso fue directo a sus casa con el perdón en la boca o la joven que decidió ser Misionera de la Caridad de la Madre Teresa al oír a Jaume Sanllorente, periodista económico que dejó su profesión para irse a la India y crear la ONG Sonrisas de Bombay.
Y quizás, una de las reacciones más impactantes, fue la vivida por Irene Villa, participante del congreso desde el principio, al acabar una ponencia. Un chico, vasco, que había tenido que grabar el acto se acercó a mí con mi libro “Saber que se puede, que lo compró allí, nos cuenta la propia Irene. Y me dijo: ponme algo que cada vez que lo lea me duela y me haga arrepentirme de todo lo que me he reído a costa de las víctimas del terrorismo y de los chistes que he contado sobre ti. Lejos de enfadarse, Irene pensó: misión cumplida. Sí, porque lo que yo quiero es que la gente venga a nuestro lado, el de los buenos, los que ayudan, los que no tienen odio ni rencor. Él lo hizo. Sobran las palabras.

Los protagonistas

Jorge Font. Un accidente le dejó en silla de ruedas: «Lo mas importante es lo que no sirve para nada» Tiene 42 años. A los 19 un accidente de esquí acuático le redujo la movilidad del pecho hacia abajo. Tuvo que aprender de nuevo a escribir, vestirse, esquiar. Todo sobre una silla de ruedas. Hoy es un gran deportista que compite a nivel internacional. «Me rompí el cuello y me provocó una lesión medular», dice Jorge con una gran sonrisa. «Al principio piensas que no puede ser tan grave, que volverás a andar, pero poco a poco compruebas que no hay grandes avances. Hay que seguir adelante. Lo más importante fue la ayuda de mi familia y de mis amigos»

Bernard Offen. Superviviente del Holocausto: «Es posible perdonar, pero no olvidar»

Bernard Offen vivía junto a sus padres y hermanos en Pdgorzé, área de Cracovia que se convirtió en gueto en marzo de 1941. A su madre y hermana, deportadas, no las volvió a ver. Las asesinaron. Él estuvo en cinco campos de concentración nazis: Plaszow, Julag, Mauthausen, Auschwitz-Birkenau y Dachau. Solo escribirlo produce horror. Sobrevivió y al acabar la guerra se reunió con sus dos hermanos. Emigró a Estados Unidos y en 1981 decidió hacer frente a los demonios del pasado y volvió a Polonia. «Hablar de lo que pasó forma parte de mi proceso de curación y ayuda a que algo así no se vuelva a repetir nunca», afirma este hombre que vivió durante años en el mismísimo infierno. Pero ¿es posible pasar página?. «Es posible perdonar pero no olvidar porque, al final, no hemos aprendido del Holocausto. La falta de humanidad sigue patente en la política, en los negocios, en las religiones», afirma . «Lo que realmente importa es que la gente joven aprenda de lo que ocurrió, se involucre en la realidad actual y luche contra la falta de humanidad. Y que se dejen seducir por la música, el arte o la electrónica».

Mar García. Sufre una enfermedad degenerativa

A los seis años no podía andar bien. Se arrastraba con la punta de los zapatos. Hasta los once su vida giró en torno a los médicos. Nada. Nadie supo diagnosticar lo que le pasaba. En ese momento sus padres decidieron parar, para que su hija tuviera la mejor vida posible y saltar las barreras a medida que estas se interpusieran. Mar, la persona más lista y divertida que pueden maginar la llama «la enfermedad de María del Mar».

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