A las 4:37 AM, por Buhardilleros
Esta semana el Papa Francisco recibió en audiencia al
presidente de la Iglesia evangélica en Alemania, Nikolaus Schneider.
En esta audiencia estuvo presente también el cardenal
Kurt Koch, presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de
los Cristianos, el cual, en esta entrevista, comenta el estado actual del
diálogo ecuménico entre católicos y protestantes, teniendo en cuenta la
perspectiva del nuevo Papa y el próximo aniversario de la Reforma que tendrá
lugar en el año 2017.
¿Cuáles son sus impresiones sobre esta visita?
Esta visita estaba ya prevista, había sido programada una audiencia con el
Papa Benedicto.
Ha sido muy bello que el Papa Francisco se haya mostrado disponible de
inmediato a conceder esta audiencia.
Ha sido un encuentro muy cordial y amigable: el presidente Schneider ha
felicitado al Papa por la elección y también le ha manifestado su alegría por
el nombre elegido, ya que San Francisco de Asís, en realidad, pertenece a todas
las Iglesias cristianas; ha manifestado también su participación en el dolor
del Papa por las inundaciones que han golpeado a la Argentina y la esperanza de
un buen futuro para el diálogo ecuménico.
En su respuesta, el Santo Padre ha ido de inmediato al nudo de la cuestión
y ha hablado del testimonio común de los mártires, expresando su convicción de
que si hoy somos perseguidos no es porque seamos católicos o protestantes, sino
porque somos cristianos, y que esto nos une y representa, por lo tanto, un
fundamento profundo de nuestra búsqueda ecuménica de la unidad.
Luego ha retomado el concepto, muy estimado por Juan Pablo II, del
ecumenismo de los mártires.
En la segunda parte del discurso el presidente Schneider ha hablado de la
conmemoración, en el 2017, de la Reforma; ha dicho que no se trata de la
glorificación de Lutero sino que – según las intenciones – deberá ser un “año
de Cristo”.
Ha expresado la esperanza de que también la Iglesia católica pueda
participar.
El Papa, con mucha cordialidad, haciendo referencia a la visita del Papa
Benedicto al monasterio agustino de Erfurt, ha recordado que desea continuar
por el camino indicado en aquella ocasión por el Papa Benedicto.
*
¿En qué punto están los diálogos entre la
Iglesia luterana y la Iglesia católica?
Nuestro interlocutor, obviamente, es la Federación luterana mundial: todos
nuestros interlocutores son a nivel universal.
En realidad, nuestro referente para la Iglesia evangélica en Alemania es la
Conferencia episcopal alemana.
En lo que respecta al nivel universal, la Comisión internacional para el
diálogo teológico con la Federación luterana mundial ha elaborado un documento
sobre la conmemoración de la Reforma del 2017 bajo el título “From conflict to
communion”, con tres puntos centrales: el primero,
la gratitud y la alegría por lo que se ha verificado – en cuanto al
acercamiento – en los últimos 50 años; el segundo,
el reconocimiento de la culpa, referido al mal que en el curso de la historia
nos hemos hecho mutuamente; y el tercero
concierne a la esperanza de poder realizar nuevos pasos en el futuro.
Este documento está listo, pero nosotros esperamos la traducción alemana
antes de publicarlo.
*
Volviendo a la conmemoración de la Reforma, en el 2017:
¿ha habido también una invitación al Papa para viajar a Alemania?
El presidente ha hecho una breve referencia: ciertamente, sería bello si
también viniera el Papa…
Es claro que el Papa no da todavía una respuesta porque Alemania es un país
mientras que la Federación luterana es una entidad mundial…
De la Iglesia evangélica a las Iglesias
evangélicas, sobre todo a las Iglesias pentecostales: la Conferencia episcopal
alemana tendrá aquí, en Roma, una conferencia a la cual ha sido invitado
también usted.
¿En qué medida esto representa un desafío para la Iglesia
católica en Alemania, o en general en los países de lengua alemana, si se los
compara – por ejemplo – con América Latina?
Esta iniciativa se ubica todavía dentro de las competencias de mi
predecesor, el cardenal Kasper, cuando era todavía obispo de Rottenburg-Stuttgart
y guiaba la sección “Iglesia universal”.
Ahora esta sección se ocupa intensamente desde hace tiempo de estos
problemas y por eso organiza este congreso sobre el pentecostalismo; me han
pedido asumir el patrocinio de esta iniciativa y tener la relación final.
Estoy agradecido por esta iniciativa porque el pentecostalismo hoy es,
desde un mero punto de vista numérico, la segunda realidad después de la
Iglesia católica.
Habría que hablar, por lo tanto, de una “pentecostalización” del
cristianismo: es una situación completamente nueva para el ecumenismo.
Y para mí es importante poder observar atentamente cómo este
pentecostalismo se manifiesta en América Latina, en África, en Asia y en Europa
para luego poder reflexionar sobre el modo en que se puede continuar y
profundizar el diálogo ecuménico.
*
¿Hay tal vez algunas dificultades, considerando el hecho
de que no hay una unidad real en el frente de las Iglesias pentecostales,
quiero decir, en el sentido de que no existe un referente propiamente dicho?
Ésta es la dificultad real: hay, de hecho, muchísimas comunidades y
agrupaciones de este tipo.
Es muy difícil establecer cómo llevar adelante este diálogo.
Pienso que, desde el punto de vista del Pontificio Consejo para la Promoción
de la Unidad de los Cristianos, podemos en todo caso valorar esta situación
sólo en colaboración con las Conferencias episcopales nacionales.
*
Y desde el punto de vista teológico y pastoral, ¿qué
preguntas hay que plantearse frente a estos grupos pentecostales?
La pregunta de fondo que debemos plantearnos obviamente es:
“¿Por qué
tantos fieles salen de nuestra Iglesia y se unen a estos grupos?
¿Qué es lo que
los fascina?”.
Esto implica también un examen de conciencia de nuestra parte sin, por otro
lado, tomar los métodos de evangelización problemáticos realizados por estos
grupos…
Creo que las cuestiones teológicas principales se refieren al rol y al
significado del Espíritu Santo en la teología, por lo tanto, la experiencia de
fe en vista de la conciencia de la fe.
Estos son desafíos decisivos.
Junto a esto, hay luego agrupaciones fuertemente sincretistas, en las
cuales se vuelve difícil encontrar todavía el fundamento cristiano.
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