jueves, 28 de febrero de 2013

Un día histórico bajo la mirada de la tv vaticana.


02/19/2013


Mons. Dario Edoardo Viganò

El 28 de febrero, el Ctv documentará la partida de Benedicto XVI y después seguirá el esperadísimo Cónclave.

Giacomo Galeazzi

Ciudad del Vaticano

«La renuncia de Benedicto XVI es un acto de gobierno extraordinario, como lo fue la convocatoria al Concilio Vaticano II por parte de Juan XXIII». 

CTV), monseñor Dario Edoardo Viganò, explicó la histórica renuncia al Pontificado durante la presentación de su ensayo “El Vaticano II y la comunicación”, que incluye en un dvd algunos documentos de la época. 

«El gesto de Benedicto XVI producirá frutos espirituales como el Concilio –afirma mons. Viganò.

El suyo fue un acto para confiar la Iglesia a Cristo, en línea con las grandes constituciones conciliares.

Nos enseña a leer a Dios desde la perspectiva de la fe en vez de hacerlo desde la del hombre».

En la presentación del volumen estuvieron presentes el historiador del cristianismo Alberto Melloni y los periodistas italianos Marcello Sorgi y Emilio Carelli.

«El Concilio –subraya Viganò– se celebra justamente en los años en los que los medios masivos de comunicación (y en particular la televisión) se difunden con enorme fuerza.

A Roma han llegado periodistas y cine-teleoperadores de todo el mundo para narrar a todo el mundo el gran evento.

La obra de la tv, de la radio y, por supuesto, de los periódicos fue importantísima en el Concilio».

En el libro hay un largo “excursus” sobre los momentos sobresalientes y las figuras más importantes del Concilio, que hace apreciar el carácter poliédrico e innovador de aquellos momentos.

También se dedica un amplio espacio al documento de la “Inter Mirifica”, en el que se subraya que se trata de un documento que constituye un parteaguas, aunque no introdujo a la Iglesia en el mundo de la comunicación.

«El documento “Inter Mirifica” –explica Viganò– tuvo una historia tanto en el proceso de redacción como en la vida en el aula conciliar muy complejo. 

Como sea, al final, entre mil fatigas, el 4 de diciembre de 1963 fue aprobado.

La fecha de aprobación solemne indica también el motivo, o por lo menos uno de los motivos, por los que el documento emerge como un pequeño documento con respecto al patrimonio de los grandes documentos del Concilio.

Efectivamente, estamos al final de la segunda sesión y los padres conciliares habían dedicado muchísimo tiempo a la discusión sobre el esquema de la liturgia.

El tema de la liturgia es un tema concebido como íntimamente relacionado con su ministerio: saben muy bien de qué se trata, estudiaron durante años la sacra liturgia y se sienten a gusto discutiendo sobre esta cuestión».

Mientras tanto, la actualidad se convierte en historia.

El último día del Pontificado de Benedicto XVI, el 28 de febrero cuando el Papa Ratzinger dejará el Palacio Apostólico para retirarse a las habitaciones de Castel Gandolfo, será un momento que inmortalizarán las cámaras del CTV, según anticipa el nuevo director de la estructura, pues «la partida de Benedicto XVI será un evento histórico».

En estas horas en el CTV trabajan a marchas forzadas.

Esta estructura será la que grabará las imágenes que dentro de pocos días darán la vuelta al mundo entero, documentando los lugares y los momentos de la elección del nuevo Pontífice.

Desde la entrada de los 117 cardenales electores al Cónclave, en la majestuosidad de la Capilla Sixtina, hasta la fumata blanca que anunciará la llegada del nuevo Papa.

Las cámaras que documentarán los momentos cruciales del adiós de Benedicto XVI serán 26 y trabajarán a todo ritmo hasta la elección del nuevo Papa.

Imágenes que después serán retomadas por cientos de redes internacionales y del servicio “streaming” de la Radio Vaticana en internet.

«Para la cobertura de estos extraordinarios eventos usaremos la experiencia del Cónclave de 2005.

El CTV seguirá de cerca todos los hechos con 21 cámaras fijas en los lugares más importantes y con otras 5, que llamamos documentales.

Es decir, documentan los ritos fuera de las transmisiones en vivo».

Estas imágenes serán distribuidas a los telediarios como material de alta definición.

En cuanto al Cónclave, «nuestras cámaras –explica Viganò– documentarán la llegada de los cardenales al Aula Pablo VI para las congregaciones preparatorias, después la Misa “Pro eligendo Papa” con la que se abre oficialmente la elección y luego la entrada al Cónclave en la Capilla Sixtina, hasta el “extra omnes”», a partir del cual solo pueden entrar los cardenales.

«Durante los trabajos del Cónclave, que como se sabe son secretos –prosigue–, las cámaras estarán fijas en San Pedro, ofreciendo lo que el argot se llama “feed” continuo, y grabarán las “fumate”, hasta la decisiva fumata blanca.

Después seguiremos con la primera bendición del Pontífice y la Misa de inauguración del Pontificado, que normalmente seguimos en coproducción con la Rai (televisión italiana, ndr.)».

Por ahora, Viganò no puede decir cuántos serán los medios a los que el CTV ofrecerá las imágenes, pero, explica, son unos cuantos centenares.

«Distribuiremos las imágenes con conexión terrestre y satelital a las principales agencias de televisión internacionales, a las mayores redes italianas y extranjeras, y a las emisoras católicas italianas y extranjeras».

Y no acaba allí: las transmisiones “live” serán difundidas en “streaming” y se podrá acceder a ellas mediante el Vatican Player, en colaboración con la Radio Vaticana.

Quien quiera seguir en vivo estas fases cruciales para la vida de la Iglesia podrá tranquilamente conectarse desde el ordenador.

Seguramente los usuarios serán millones.

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