viernes, 23 de diciembre de 2011

Una historia de superación y tenacidad. Además es pintora de reconocido prestigio que pinta con la boca.


Actualizado 3 diciembre 2011



Alison Lapper, una mujer con un cuerpo pequeño y deforme que nació sin brazos, artista que pinta con la boca y trabaja con la fotografía artística y digital, fue abandonada por su novio cuando quedó embarazada en 1998.

Alison decidió seguir adelante a pesar de las dudas y el temor de que el bebé heredara su deficiencia.
Parys, su hijo, nació en 1999 perfectamente sano, ella le dio el pecho un buen tiempo y continuó con su trabajo como pintora y artista gráfica, como cualquier madre independiente. Ahora su hijo tiene 12 años. Al principio le preocupaba lo que pasaría con su hijo y se decía "algún día Parys se avergonzará de mí", más eso no ha pasado. Alison ha incluido a su hijo en varias de sus obras fotográficas.

Alison cuenta su testimonio de superación y en favor de la vida en el vídeo que publicamos más abajo, un reportaje emitido en RTVE, en el programa “Documentos TV”.
Sin brazos y con piernas cortas

Alison Lapper nació el 7 de abril de 1965 en Burton, Staffordshire, Inglaterra. Hasta el momento del parto sus padres y los médicos no detectaron ningún problema. Sin embargo, Alison nació perfectamente pero con una particularidad que le marcaría de por vida, no tendría brazos y sus piernas serían más cortas de lo normal.
Fue abandonada por sus padres

En su infancia, Alison fue abandonada por sus padres. Tenía cuatro meses cuando su madre aceptó verla por primera y última vez. A su padre no le conoce. Eran obreros de una fábrica automovilística en el condado de Yokshire y se separaron cuando ella nació. También tiene una hermana, sin minusvalías, tres años más mayor a la que apenas conoce.

Por lo tanto, Alison pasó toda su infancia en un colegio de disminuidos rodeada de otros niños que se parecían a ella físicamente. “Éramos varios niños sin miembros, a consecuencia de la ola de la talidomida. Para nosotros era difícil adquirir el equilibrio. No podíamos estar sentados sin caernos y éramos incapaces de levantarnos. Entonces, nos cogían y nos colocaban sobre un zócalo de escayola. Éramos niños de exposición“, recuerda Alison sonriendo.
Sin querer prolongaciones

Desde que tenía tres meses han intentado implantarle brazos y piernas artificiales. Pero ella misma afirma que aquello era pesado y poco confortable. “Con esos aparatos me sentía más torpe todavía. Desde que supe hablar pedí que me los quitaran. La gente abusa de su poder sobre los niños. De hecho, esas prolongaciones no me las ponían tanto por mi bien cuanto por el suyo“.

Cuando cumplió 12 años comprendió realmente que era minusválida. “Hasta entonces estuve demasiado ocupada siendo niña“. Pero en este momento abandonó la niñez para adentrarse en la pubertad y comenzó a comprender su diferencia. Con violencia fue arrojada fuera de la infancia para convertirse en una mujer; las líneas de su cuerpo comenzaban a diseñarse y ella deseaba ser bella y seductora. Sin embargo, supo salir adelante.
Quería ser pintora


A los 33 años Alison quedó embarazada pero al igual que con sus padres, también fue abandonada por su novio, pero ella decidió seguir adelante a pesar de las dudas y el temor de que el bebé heredara su deficiencia.

El artista inglés Marc Quinn le realizó una escultura en su honor titulada "Alison Lapper Embarazada". La estatua estuvo lista para ser presentada en el 2005, entró a concurso para poder ocupar el llamado "Cuarto pedestal" de la histórica Plaza de Trafalgar, la estatua de mármol blanco mide 3.6 metros de altura y pesa 11.5 toneladas, estuvo ahí desde septiembre de 2005 hasta el 2007, cuando fue remplazada por otra mediante otro concurso.
Ella no se resignó y, con 19 años, viajó sola a Londres para diplomarse en Bellas Artes y convertirse entonces en una reconocida pintora.
Comenzó a pintar a los tres años. “Pinto con la boca a golpe de pequeños movimientos secos de cabeza, como hacen esos perros colocados en el salpicadero del coche“, explica. Su pintura ha obtenido el reconocimiento y ha sido premiada con la mayor condecoración de Inglaterra, el Member of the British Empire (MBE) por los servicios prestados al arte. Se la entregó la reina en persona. “No sé cuáles son exactamente esos servicios. Tampoco sé quién me propuso para este título. El voto es anónimo. Quiero creer que sólo se ha juzgado mi trabajo artístico y no mi deformidad”.
A lo largo de su vida ha tenido que soportar exclusiones y miradas de rechazo por ser diferente, pero ha sabido ver el lado positivo y salir adelante.
Embarazada y abandonada por su novio






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