jueves, 15 de diciembre de 2011

Una simple botella de plástico da luz gratis a las casas de los más pobres

ASIA/FILIPINAS -
2011-12-06

Manila (Agencia Fides) - En Filipinas alrededor de un tercio de la población vive por debajo del umbral de la pobreza. Este es el segundo país asiático con las tarifas más altas de electricidad, después de Japón. Gracias a la iniciativa “Isang Litrong Liwanag” ("Un litro de luz"), patrocinado por la fundación “My shelter - Mi Refugio" concepto del Instituto Tecnológico de Massachusetts en los Estados Unidos, en la actualidad cerca de 25.000 hogares en las zonas más pobres de Manila se benefician casi gratuitamente de la iluminación. La lámpara ecológica, hecha con una sencilla botella de plástico llena de agua y lejía, suspendida en el techo de las casas de los filipinos que no tienen acceso a la luz artificial o que no pueden permitirse el lujo de pagar la electricidad, permite que la luz del sol pase a través de la botella y, con la refracción de la luz que entra en contacto con el líquido, toda la casa está iluminada. Esta es una iniciativa ecológica dedicada a todo el mundo, con los materiales y medios sencillos. Los voluntarios del programa "Un litro de luz", ayudados por el ejército durante ocasiones especiales de beneficencia, fijan el frasco en una hoja de fibra de vidrio con una abertura en el centro, parcialmente lleno de agua purificada que promueve una mayor transparencia y 3 cucharadas de de lejía para evitar el crecimiento de moho u otras formas de vida por al menos 5 años. A continuación, cierran el frasco bien, perforan el techo de la casa y fijan el dispositivo. La parte estrecha de la botella se mantiene en el exterior, como una pequeña chimenea, y captura la luz del sol, que se expande en el líquido y brilla como una convencional bombilla de luz de bajo coste. Con este dispositivo las casas de los más pobres, a menudo superpobladas y con falta de luces, durante el día pueden tener iluminación gratuita. Incluso si no funciona por la noche, las casas más cercanas a las farolas son capaces de obtener un poco de luz después del atardecer. El costo aproximado de los materiales necesarios, una botella, una hoja de zinc o de fibra de vidrio, agua purificada, cloro o lejia y el aislamiento para asegurar el dispositivo, es de casi un dólar y, hasta la fecha los materiales, el montaje y la colocación de la bombilla ha sido apoyada por donaciones. El objetivo final no es depender de benefactores, sino formar a los pequeños empresarios con conocimientos técnicos para poder instalar las luces de casa en casa a un precio razonable, combatiendo el desempleo entre los filipinos más pobres. A finales del año, con estas bombillas, se espera iluminar 100.000 casas, y otro millon para finales de 2012. (AP) (Agencia Fides 6/12/2011)


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