Habrá también otros,
como dos de México, burro y buey incluidos
Por H. Sergio Mora
ROMA, miércoles 5 diciembre 2012 (ZENIT.org).-
El belén en la plaza de San Pedro en el Vaticano siempre es especial,
entretanto este año lo será aún más con el que ha donado la Región Basilicata.
En el Vaticano habrá también otros pesebres, entre ellos dos con
17 imágenes realizados con pasta de maíz y cera por indígenas purépecha del
oeste de México y que fue bendecido en noviembre por el nuncio en México,
Cristhoper Pierre antes de ser enviado a Italia.
De estos uno estará expuesto
en el auditorio Pablo VI y otro en los Museos Vaticanos.
El burro y el buey, si bien el papa en su último libro sobre “La
infancia de Jesús” recuerda que no tienen sustento bíblico, pues no hay
referencias a la presencia de animales en el portal, estarán presentes.
Pues
como el mismo Benedicto XVI recuerda unas líneas más abajo, “ningún Belén o
pesebre está completo sin el buey y el asno”.
Para presentar el pesebre italiano de 150 metros cuadrados, cuya
estructura se está levantando en la Plaza de San Pedro, la Sala de Prensa de la
Santa Sede convocó el 13 de diciembre una conferencia a la cual participaron el
secretario general del Gobierno del Estado de la Ciudad del Vaticano, monseñor
Giuseppe Sciacca; el director de los Museos Vaticanos, Antonio Paolucci y el
presidente de la Región Basilicata, Vito De Filippo.
La Región Basilicata situada en el extremo sur de 'la bota', como
toda la parte meridional del país tiene una gran tradición en la construcción
de pesebres y este ha sido realizado en homenaje a Benedicto XVI.
El artista que lo modeló es Francesco Artese, considerado entre
los más importantes representantes de la escuela italiana de pesebres
meridionales.
El artista italiano emplea paisajes con las piedras de la región y
con escenas que retratan la realidad diaria de los campesinos.
Un paisaje que
además hace recordar mucho a Tierra Santa, indicó un comunicado de la sala de
prensa de la Santa Sede.
Las pequeñas estatuas realizadas en terracota son más de un
centenar y llevan vestidos de tela almidonada hechos a mano y que recuerdan las
costumbres de los campesinos de la Lucania de un tiempo.
En el mismo pesebre de unos 150 metros cuadrados se reconocerán
además algunas iglesias de la región, como el Convicino di Sant' Antonio, y la de San Nicola ai Greci.
Entre los campanarios se distingue el de San
Pietro Barisano.
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