05/25/2012
Según los
tradicionalistas «se ha desencadenado el diablo, y los modernistas y
progresistas no nos quieren»
Redacción
Roma
Roma
El resultado
es incierto, pero el Papa, dentro de poco (semanas o días), podría tomar
«directamente» la decisión de reintegrar a los Lefebvrianos en la Iglesia
Católica, según el superior de la Fraternidad San Pío X, Bernard Fellay.
El obispo
pronunció dos homilías en Austria hace pocos días y hoy los sitios
tradicionalistas publican los pasajes dedicados a la difícil negociación con el
Vaticano. La vuelta al seno de la Iglesia, «es muy controvertida en la
Iglesia», afirmó Bernard Fellay en Viena el domingo pasado. «Puedo asegurarlo: es la voluntad del Papa. No hay duda de
ello. Pero
seguramente no es la voluntad de todos en la Iglesia».
Según el
sucesor de Lefebvre, «la realización de esta voluntad depende de términos que
todavía no están muy claros. Algunos puntos siguen siendo oscuros. Es posible
que en los días o semanas siguientes (es difícil establecer una fecha) el Papa
tome directamente una decisión. Puede ser que vuelva a enviar el expediente a
la Congreagación para la Doctrina de la Fe». Fellay advirtió, además, que «no
hay que pensar que las cosas serán fáciles después. Retomando las palabras del
Papa que describen muy bien la situación: “Sé que sería más fácil para la
Fraternidad y para mí dejar la situación como está”. Esto describe bien la
situación y muestra incluso que el Papa está consciente de que será atacado
cuando lo hará. Y también que la situación no será fácil para nosotros. Y lo
que saldrá de esta situación será: con Roma o contra Roma. En ambos casos, será
difícil».
En una
homilía diferente en Salsburgo, el 17 de mayo (día de la Ascensión), monseñor
Fellay indicó: «Necesitamos estar seguros de que podremos seguir haciendo lo
que siempre hemos hecho. Y, desde este punto de vista, algunas cosas no están
todavía claras». Pero, «se ha desencadenado el diablo. Y está por doquier. En
la misma Fraternidad, en toda la Iglesia. Hay personas que verdaderamente no
nos quieren. Son los modernistas, los progresistas».
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