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Los obispos han convocado Quince Días
por la Libertad contra el mandato a la Iglesia de suministrar anticonceptivos
y abortivos.
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"Algunas leyes injustas imponen tales injusticias sobre
individuos u organizaciones, que desobedecer las leyes puede estar justificado.
Deben hacerse todos los esfuerzos posibles para rechazarlas.
Cuando bienes
humanos fundamentales, como el derecho de conciencia, están en juego, hemos
de ser testigos de la verdad resistiendo a la ley e
incurriendo en la sanción correspondiente".
Este texto, contundente como pocos, expresa la voluntad decidida de los católicos norteamericanos de resistir al plan de Barack Obama de imponer a las instituciones de la Iglesia que los seguros sociales de sus empleados incluyan anticonceptivos y abortivos.
Lo han redactado los obispos de Estados Unidos y
será incluido en todos los boletines parroquiales y leído en todas las
iglesias durante la Quincena por la Libertad que
han convocado del 21 de junio al 4 de julio.
La fecha en que termina no es casual.
El 4 de julio celebran los estadounidenses
la declaración de independencia de su país y es el día patriótico por
excelencia, un patriotismo que incluye allí el orgullo de haber
constituido una nación sobre la base de la libertad religiosa,
a punto de ser conculcada como en ningún país occidental.
Lincoln defendió a los católicos En el contexto de esta batalla ideológica y legal, grupos católicos han rescatado dos textos de Abraham Lincoln donde defendía explícitamente a los católicos de los ataques que, a pesar de las afirmaciones legales, también sufrieron en otras épocas de la historia del país. Entre los días 6 y 8 de mayo de 1844 tuvieron lugar violentos disturbios contra los católicos en Filadelfia.
El 12 de
junio, Lincoln convocó un mitin en Springfield(Illinois), que incluyó una
declaración expresa de apoyo a los católicos ante esa persecución: "La
garantía de los derechos de conciencia, en cuanto fundada en nuestra
Constitución, es sagrada e inviolable, y corresponde a
los católicos no menos que a los protestantes.
Y cualquiera
que viole esos derechos, sea católico o protestante, lo haga directa o
indirectamente, cuenta con nuestra desaprobación decidida y nuestra más
eficaz oposición.
Reprobamos y condenados todos y cada uno de los incidentes
de Filadelfia y las causas que los provocaron, vengan de donde vengan".
Del mismo modo, en 1855, en pleno auge del movimiento Know Nothing, que se oponía al creciente papel de las minorías alemana e irlandesa en la sociedad estadounidense, Lincoln desautorizó cualquier intento de vincularle a ese grupo: "No soy un Know-Nothing.
¿Cómo podría serlo? ¿Cómo puede alguien que se opone a la opresión de los
negros estar a favor de la opresión contra personas blancas?
Creo que nuestro
camino de degeneración está siendo muy rápido.
Como nación, comenzamos
declarando que todos los hombres fueron creados iguales.
Ahora prácticamente lo interpretamos como que todos los
hombres fueron creados iguales, menos los negros.
Cuando los Know Nothing
tomen el control, se leerá que todos los hombres fueron creados
iguales, menos los negros, los extranjeros y los católicos.
Cuando eso suceda preferiría emigrar a un país que no presuma de amar la
libertad: a Rusia, por ejemplo, donde el despotismo es puro, sin aleación alguna
de hipocresía".
Apropiación indebida La utilización de textos de Abraham Lincoln contra Obama es especialmente apropiada para alguien como el actual presidente, que ha intentado apropiarse la figura de su predecesor asesinado en 1865, remedando incluso en 2008 el viaje en tren que hizo aquél hasta Washington para instalarse en la Casa Blanca. Recientemente, una biografía sobre Lincoln (Ahora y para siempre, libres, de Martín Alonso, en la editorial Gota a Gota) denunciaba este intento de apropiación de aquel presidente por grupos progresistas.
Mientras que Obama es un relativista, Alonso sitúa
a Lincoln en esa tradición aristotélico-cristiana que cree en unos derechos
naturales del individuo independientes de cualquier mayoría democrática.
Razón por la cual se opuso a la esclavitud y se opondría al aborto hoy,
afirma el autor.
En su opinión, los sudistas -como los relativistas hoy-
entroncaban más bien con la tradición que nace en Kant y cuaja en el
despotismo rousseauniano de la voluntad general y de un
historicismo que no cree en verdades objetivas e inmutables.
La lucha por la libertad religiosa en Estados Unidos, que habría parecido algo impensable en aquel país hace sólo un año, se ha convertido en uno de los temas estrella de la campaña presidencial.
Está en juego la supervivencia
de prácticamente todas las instituciones católicas de acción social en el
país, sobre todo escuelas y hospitales.
La Iglesia cuenta
con el apoyo de las demás confesiones religiosas, y ha dejado
bien claro que no va a aceptar la ley, esto es, que cerrará todos los centros
a los que se les obligue a garantizar a sus empleados métodos contrarios a la
ley de Dios.
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lunes, 27 de agosto de 2012
Libertad religiosa Lincoln defiende derechos humanos ahí le duele a Obama
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