La Casa Blanca dejará exentos a los hospitales vinculados a organismos religiosos de la obligación de ofrecer el control de natalidad
francisco de andrés
Día 10/02/2012 - 17.36h
REUTERS
Chapas electorales contra la reelección de Obama, en una asamblea republicana
Dos semanas después de la ruptura de hostilidades con los obispos norteamericanos, la Casa Blanca ha anunciado su intención de no imponer a los hospitales y organismos vinculados a la Iglesia Católica la difusión del control de natalidad.
Los medios oficiales que han filtrado la decisión a The New York Times apuntan que, con ella, el presidente Obama trata de demostrar su “sensibilidad hacia las creencias religiosas”.
Para la mayoría de los observadores, no obstante, el presidente trata tan sólo de no perder el voto católico en las elecciones presidenciales de noviembre, en las que se juega la reelección.
Tradicionalmente, la mayoría del voto católico vota demócrata.
El decreto firmado el pasado 20 de enero por la Administración Obama exigía a todos los hospitales, también a los pertenecientes a instituciones religiosas, que ofrezcan a sus empleadas servicios anticonceptivos gratuitos que incluyan también la esterilización.
El gobierno demócrata enmarcaba es
a norma en su campaña para «reducir el número de abortos y de embarazos no deseados».
La decisión ejecutiva fue criticada con dureza por parte de la Conferencia Episcopal norteamericana, que consideró que vulnera las conciencias de los católicos y las normas constitucionales de libertad religiosa.
Hace dos domingos, los obispos repartieron una carta que fue leída en las homilías parroquiales.
Casi la cuarta parte de los norteamericanos son católicos (alrededor de 68 millones), y la tasa de asistencia a misa es muy superior a la europea.
A la batalla de la jerarquía católica se sumaron hace una semana los judíos y los evangélicos, que también rechazan la norma ejecutiva del control de natalidad en todas las instituciones hospitalarias del país.
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