miércoles, 22 de febrero de 2012

San Dámaso un oasis vocacional en una España laicista

La Gaceta (España)

A contracorriente

12 FEB 2012 | Pepe Álvarez de las Asturias

A 87 kilómetros al suroeste de Madrid, entre los valles del Tiétar y el Alberche, a los mismos pies de la sierra de Gredos, rodeado de robles, castaños y frondosos pinares, se alza el Colegio Arzobispal de la Inmaculada y San Dámaso Seminario de Santa María.

Desde hace ya unos cuantos años, las cifras de las vocaciones sacerdotales en España son bastante desalentadoras, tanto en los seminarios mayores como en los menores. Especialmente graves en estos, pues están llamados a “cultivar los gérmenes de la vocación”, en palabras del Concilio Vaticano II. Sin embargo, los seminarios menores en general, y Rozas en particular, no solo son esenciales para la formación de futuros sacerdotes, también para la de cientos de alumnos sin clara vocación (o directamente ninguna) pero con necesidad de vivir su fe y sus estudios en un ambiente propicio.

Muchos de los jóvenes que llegan al Colegio-Seminario Rozas lo hacen porque no han tenido fácil practicar sus creencias en los pueblos o barrios en los que han crecido (es el caso de Javier, que tuvo que abandonar su anterior colegio con 16 años por el ambiente anticristiano que tenía que soportar). Se sienten raros, solitarios, excluidos. Aquí, lo primero que descubren (además de la imponente naturaleza) es que sí existe ese ambiente cristiano en el que pueden ser felices viviendo su espiritualidad sin complejos.

El centro de la vida del seminario es Jesucristo. Misa y oración diarias, rosario, dirección espiritual, peregrinaciones, exposición del Santísimo…; todas actividades voluntarias y que cada cual vive a su manera, con variada intensidad. Y, eso sí, con cristiana coherencia. Alberto, por ejemplo, reconoce que no tiene vocación sacerdotal, pero acude a todos los actos litúrgicos (“debería haber en todos los colegios católicos la liturgia de las horas; es una oración bellísima”).

En Rozas, al ser colegio además de seminario, conviven alumnos con y sin vocación; unos la traen ya puesta (Enrique, 12 años, desde que fue monaguillo), otros la adquieren dentro, pero los más simplemente estudian y conviven en un buen colegio católico donde reciben una enseñanza de calidad en un ambiente sano y tranquilo, “que te invita a quedarte”, como se reafirma Enrique.

Al son de El Canto del Loco

Algunos de ellos, aproximadamente un 15 % de los 135, son becados. “Que nadie se quede sin entrar por motivos económicos”, apunta Ana, patrona de la Fundación Ars (cuya función es recaudar fondos para mantener vivo el seminario, organizando eventos y actividades y captando benefactores).

Cinco sacerdotes se encargan de la formación religiosa y veinticinco profesores y profesoras de la académica.

 Entre todos se ha fomentado una relación que va más allá de la docencia; existe una conexión, una implicación, una confianza que no se ve en otros colegios, un ambiente familiar muy especial: “Intentamos crear un clima de familia, profesores, sacerdotes, alumnos y padres, todos unidos en el corazón de Cristo”, como define Rosa (directora financiera y madre de alumno). Y como ganar una familia no significa perder la propia, cada viernes los alumnos internos (la mayoría) vuelven a sus casas para pasar el fin de semana con los suyos.

Hay, por supuesto, gran variedad de actividades académicas y extraacadémicas (excursiones, conferencias, cine-fórum, guitarra…) y pueden practicar toda clase de deportes en sus magníficas instalaciones (desde fútbol a frontón pasando por natación), porque aquí son tratados y viven como lo que son: adolescentes (se despiertan cada mañana al son de El Canto del Loco o de David Guetta).

Niños de hoy, de su tiempo, que viven su etapa escolar de una forma que puede resultar peculiar para algunos o envidiable para otros, pero que en realidad no es más que pura coherencia. Y luego, si ha de llegar la vocación, Dios dirá.

Ojo al dato

En 1991 la diócesis de Getafe fue erigida canónicamente por Juan Pablo II. 300 sacerdotes pertenecen actualmente a la diócesis. 100 han sido ordenados en estos veinte años. Es el seminario menor con más alumnos de España (135, de los cuales 113 son internos). Nació como seminario mayor en 1931; y es seminario menor desde 1964.

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