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Margarita Sanín: Como consagrada,
creo que Dios me invita a preguntarme y a buscar razones y convicciones
profundas del por qué estoy en el Regnum Christi.
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Margarita Sanín Pérez, consagrada a Dios en el Regnum
Christi, nos comparte un poco de su
experiencia de vida en el Movimiento y cómo busca responder en estos momentos
históricos. Margarita trabaja apostólicamente como directora de formación del
Colegio Cumbres, en Medellín (Colombia).
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Como consagrada, desde hace casi 15
años, creo que Dios, motivo y fundamento de mi vida consagrada, me invita a
preguntarme y a buscar razones y convicciones profundas del por qué estoy en
el Regnum Christi a pesar
de los pesares y de todo lo que sabemos y conocemos en la actualidad.
El teólogo Josef Ratzinger un día
escribió algo similar cuando se preguntó: ¿Por qué permanezco en la Iglesia?
Cuestionamiento totalmente válido y muy iluminador para muchos que en algún
momento se lo han planteado. Y algo semejante nos podemos preguntar también
en el Regnum Christi, aunque naturalmente es sólo una de las muchas
formas posibles de vivir la fe católica. Las respuestas, no las tengo todas
como si fuera un abanico de posibilidades en un juego de cartas; pero tampoco
son respuestas superficiales aprendidas y que se dicen sin pensar… más bien
brotan de la oración, de lo más profundo de mi corazón y de una reflexión
ante Cristo en el Sagrario.
Creo que
el primer motivo por el cual estoy
en el Regnum Christi es porque estoy convencida, en mi fe y con una
certeza casi palpable (sobre todo después de todos los acontecimientos
insólitos y profundamente misteriosos de nuestra historia), que el Movimiento
no es una obra humana sino una obra de Dios. Hablamos del Reino de Cristo (Regnum
Christi) y él se ha encargado de recordárnoslo. Y es que a Dios le gusta
mostrar su fuerza en la debilidad. Sólo esto explica cómo a pesar de tantas
equivocaciones, fallas y miserias humanas, el Regnum Christi haya
hecho tanto bien a tantas personas. Cada día al salir a mi apostolado en el
colegio constato cómo nos siguen necesitando, que seguimos siendo
instrumentos del amor de Dios, seguimos trabajando por impregnar de espíritu
cristiano las realidades temporales, seguimos buscando ser buen olor de
Cristo… a pesar de los pesares, es Cristo quien quiere vivir y actuar en
nosotras.
Otro motivo de mi vocación en el Regnum
Christi es porque creo –y así lo he constatado–, que la Iglesia,
representada por el Papa y por su Delegado Pontificio y sus
asesores, nos han acogido con cariño, como una madre abraza a su hijo incluso
cuando está enfermo y le brinda los remedios dolorosos y poco agradables para
su cura, porque lo ama mucho. La Iglesia nos está diciendo que cree en
nosotros, en la capacidad para hacer el bien que tenemos y en la existencia
de un carisma y de un don de Dios que debemos redescubrir.
Hace quince años descubrí el
llamado de Cristo en mi vida, todo un Dios que sin necesitarme, por pura
gratuidad, quiso que fuera suya, no por un tiempo, sino para siempre, en un
lugar y en un Movimiento muy concreto.
Este Cristo esposo, a quien amo con
totalidad y plenitud y por quien me siento profundamente amada, quien me ha
hecho muy feliz, con los acontecimientos que vivimos me comparte su cruz y me
invita a una unión más plena con él, no puedo decirle que no. Mi vocación es
a una persona y mi fidelidad también a una persona.
Podría citar muchos otros motivos
que me unen al Movimiento para trabajar por la Iglesia: la calidad de su gente,
los padres legionarios de Cristo a
quienes agradecemos y queremos, mis hermanos consagrados que
fueron un grato descubrimiento para mí y de mis hermanas consagradas, de
quienes no dejo de admirarme cada día, la vivencia de la caridad y el
espíritu de familia, la entrega a Dios y a los demás, la buena voluntad y el
deseo sincero de buscar aquello que Dios va pidiendo, la pasión por la
salvación de las almas, la creatividad, la alegría, la dignidad de cada una
siendo testimonio de ser mujeres de Dios en el mundo; en fin, muchas
experiencias positivas que me hacen decir: Estoy en el Regnum Christi
trabajando para la Iglesia y así soy muy feliz, con esperanza en un futuro
renovado, de la mano y caminando con la Iglesia y, por supuesto, en las manos
de Dios y de su Madre Santísima.
Que Dios nos bendiga a todos.
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sábado, 21 de julio de 2012
Mi vida en el Regnum Christi
Etiquetas:
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