lunes, 30 de julio de 2012

Una Basílica de Guadalupe en Roma


Ofremos a continuación una entrevista realizada al P. Fidel Quiroz, L.C., párroco de la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe, en Roma, desde 1993.
***
P. Fidel, ¿por qué una basílica de la Virgen de Guadalupe en Roma?

«Para el año de 1950 había algunas imágenes de la Virgen de Guadalupe en diversas iglesias de la ciudad de Roma y también existía ya la Parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe en Monte Mario, que fue erigida el 22 de junio de 1936. No obstante, el Papa Pío XII, con una visión de futuro admirable, consciente del papel que América estaba llamada a asumir en la vida de la Iglesia de los tiempos venideros, quiso que se edificara una iglesia que representase de un modo particular al pueblo católico de México en esta ciudad del Sucesor de Pedro.
El Santo Padre quería que, así como las naciones europeas tenían iglesias nacionales aquí, en el corazón del orbe católico, también las naciones americanas cobraran visibilidad entre las bellezas arquitectónicas del urbanismo romano, comenzando por México, cuyo santuario de Guadalupe es corazón espiritual de toda América.
Nuestro fundador, sin recursos económicos, pero muy pronto secundó los deseos del Papa, y comenzó la construcción de una iglesia en la Vía Aurelia dedicada a la Virgen de Guadalupe y San Felipe de Jesús, mártir. Después de muchas dificultades y de un gran esfuerzo de recaudación de fondos que Nuestro fundador  llevó a cabo con la colaboración del P. Jorge Ruiz, amigo de Nuestro fundador, la iglesia guadalupana en la Vía Aurelia de Roma llegó a ser una hermosa realidad.
Así, creo que podemos decir que, detrás de esta iglesia, está el deseo del Papa Pío XII de que los pueblos católicos de México y América Latina estuviesen representados en Roma. Es por ello, en cierta forma, un reconocimiento en piedra a la presencia de los católicos mexicanos y latinoamericanos en la vida y la misión de toda la Iglesia. Ciertamente son muchas las patronas de las naciones americanas; pero, entre ellas, la Virgen de Guadalupe tiene una especial importancia porque ya en 1910 había sido declarada Patrona de América Latina por el Papa San Pío X».
En enero de 1991, el Papa Juan Pablo II concedió a la iglesia el título de basílica menor.
¿Qué significa este reconocimiento?
«Este reconocimiento significa, por una parte, el aprecio que los papas siempre han tenido por la Virgen de Guadalupe.
Es una nueva distinción que el Papa hace, una vez más, a la Virgen de Guadalupe Patrona de América.
Ahora bien, ¿qué consecuencias tiene este reconocimiento para la iglesia como tal?
Las consecuencias principales son los privilegios que tiene toda basílica menor. Entre estos privilegios, se cuenta, por ejemplo, el que cualquier persona, visitando esta iglesia y cumpliendo las debidas condiciones, puede alcanzar la indulgencia plenaria en determinadas fechas, como son el 1 de enero, el 29 de junio (fiesta de san Pedro y san Pablo) y, por supuesto, el 12 de diciembre, día de la Virgen de Guadalupe».
¿Por qué es una basílica menor y no es basílica mayor?
«Bueno, en realidad, todas las basílicas del mundo, a excepción de cuatro, son basílicas menores.
Basílicas mayores son únicamente cuatro de las más antiguas basílicas de Roma, ligadas de un modo particular a los Papas desde sus orígenes; son: San Pedro del Vaticano, San Juan de Letrán, Santa María la Mayor y San Pablo Extramuros. Todas las demás son ya necesariamente basílicas menores.
Así, la misma Villa de Guadalupe de México ostenta título de basílica menor. Por supuesto, las cuatro basílicas mayores tienen privilegios que no tienen las basílicas menores, como es, por ejemplo, la apertura de su propia Puerta Santa con motivo del Jubileo seguidamente a la apertura que el Papa hace de la Puerta Santa en San Pedro. La basílica romana de San Lorenzo Extramuros tiene unos privilegios que la asemejan a éstas».
La basílica de Nuestra Señora de Guadalupe y San Felipe Mártir en Vía Aurelia es, desde junio de 1991, sede de título cardenalicio, de cardenal presbítero. ¿Qué cardenales han ostentado hasta ahora el título de esta basílica?
«El primero de todos fue el Card. Juan Jesús Posadas Ocampo. Como sabemos, murió trágicamente. Después de él, el título se concedió en 1994 al Card. Juan Sandoval Íñiguez, sucesor del Card. Juan Jesús Posadas en la sede arzobispal de Guadalajara, que es quien lo ostenta actualmente. En concreto, recuerdo muy bien cuando vino aquí a la basílica para tomar posesión de su iglesia titular, precisamente a sólo dos días después de haber recibido de manos del Santo Padre la birreta cardenalicia. Recuerdo que se dio mucha publicidad al acto, la iglesia estaba llena de parroquianos y, por supuesto, siguiendo el rito correspondiente, el cardenal tomó posesión. Como párroco, a mí me tocó darle la acogida; lo que hice con muchísima alegría y unción».
¿Por qué el Card. Juan Sandoval? ¿Quién escoge al cardenal titular de una iglesia?
«Es una designación pontificia. El Papa, en el consistorio de creación de cardenales, concede a cada nuevo cardenal el título de una iglesia romana. Este gesto viene a dar realce al hecho de que los cardenales son los principales colaboradores del Papa y, así como él es Obispo de Roma, cada cardenal posee el título de una iglesia en Roma. Obviamente, el título de la Basílica de Guadalupe había de asignarse a un cardenal mexicano y había quedado vacante con la muerte del Card. Juan Jesús Posadas. En el consistorio de 1994 se crearon dos cardenales mexicanos: el Card. Juan Sandoval y el Card. Adolfo Suárez. Al Card. Juan Sandoval, sucesor del Card. Posadas en Guadalajara, el Papa le asignó esta Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe y San Felipe Mártir en Vía Aurelia y al Card. Adolfo Suárez, la Iglesia de Santa María de Guadalupe en Monte Mario».
¿Cómo son las relaciones del Card. Juan Sandoval con su basílica titular?
«Muy cordiales. Cuando él viene a Roma acostumbra a celebrar la Santa Misa aquí a los pies de la Virgen de Guadalupe. Sabe que cuenta con esta iglesia a su disposición siempre que quiera y, por supuesto, nosotros lo anunciamos a los parroquianos: «Nuestro cardenal titular viene a celebrar la Eucaristía» y, ciertamente, los fieles lo acompañan con mucho aprecio. Además, lógicamente, recordamos de seguido al cardenal en nuestras oraciones.
En el año 1999, una parroquia de Guadalajara, de la diócesis del cardenal, quiso hacerse presente de un modo particular en esta basílica. Se trata de la Parroquia de San Felipe de Jesús, cuyos parroquianos regalaron la imagen de San Felipe de Jesús que se venera actualmente en la basílica. Ellos escogieron el modelo y pagaron su realización, que tuvo lugar aquí en Italia. Como sabemos, San Felipe de Jesús Mártir fue el primer santo mexicano canonizado y por eso es, juntamente con la Virgen de Guadalupe, titular de esta basílica, levantada en cierta forma como homenaje a la fe de los mexicanos».
¿Por qué visitó esta iglesia Su Santidad el Papa Juan Pablo II en 1980, a sólo dos años del inicio de su pontificado?
«La razón es obvia. El Papa viajó a México en 1979 y, al año siguiente, para celebrar el primer aniversario de este viaje, que fue el primero de su pontificado, quiso hacer una visita pastoral precisamente a la Parroquia de la Virgen de Guadalupe y San Felipe Mártir. Desde aquel entonces somos testigos de la profunda devoción mariana de Juan Pablo II y de su especial confianza en la Virgen de Guadalupe».
Además del Santo Padre, ¿ha habido otros miembros de relieve de la Santa Sede que hayan venido aquí para confiarse a la Virgen de Guadalupe?
«Guardo un especialísimo recuerdo del difunto Card. Eduardo Pironio, argentino, presidente muchos años del Pontificio Consejo para los laicos, gran amigo de esta basílica y de nuestra comunidad parroquial, que nos visitaba muy frecuentemente. Además de él, han sido muy numerosos los cardenales y obispos de la Curia que han celebrado la Eucaristía en la basílica o han venido a hacer una visita a la iglesia. Cómo no mencionar al Secretario de Estado, el Card. Angelo Sodano, que ha celebrado aquí la Santa Misa. Otros, por ejemplo, han sido el Card. Lucas Moreira Neves (Prefecto de la Sagrada Congregación para los Obispos), que en paz descanse, el Card. Achille Silvestrini (Prefecto de la Sagrada Congregación para las Iglesias orientales) y el Card. José Sánchez, filipino, (antes Secretario de la Congregación para los Obispos)».
En 1998 fue creado cardenal el Sr. Arzobispo de México Norberto Rivera, ¿cómo celebró la Basílica de Guadalupe de Roma esta ocasión?

«Comenzamos por dar el aviso a la comunidad parroquial, de que el

Papa iba a crear cardenal al Sr. Arzobispo de México. Asistimos en un buen número al consistorio público donde el Su Eminencia recibió el nombramiento cardenalicio. Luego, a los pocos días, el cardenal quiso celebrar una Misa especial en esta basílica para dar gracias a la Santísima Virgen y confiarse a Ella. En esa ocasión, tuve el honor, como párroco, de dirigirle unas palabras de felicitación a nombre de todos los presentes. El cardenal nos dirigió una homilía haciéndonos valorar las especiales esperanzas del Papa en México y América e invitándonos a no defraudarlo; nos recordaba que para llenar estas expectativas del Papa contamos con el auxilio eficacísimo de nuestra Madre del Cielo, María de Guadalupe. En esta ocasión, concelebraron con el cardenal los obispos mexicanos que habían venido a acompañarlo.»
Sabemos que han sido numerosos los obispos americanos que han visitado la basílica, ¿puede decirnos los nombres de algunos otros, aparte de los cardenales Juan Sandoval y Norberto Rivera?
«Debemos iniciar con el Concilio Vaticano II, pues, durante él, prácticamente casi todos los obispos mexicanos se hospedaron con nosotros y celebraban la Misa de manera habitual en el altar de la Virgen. También muchos otros obispos latinoamericanos presentes en el Concilio visitaron esta basílica. Posteriormente, han sido muy frecuentes las visitas de obispos y cardenales americanos, especialmente procedentes de América Latina. Entre otros, el Card. José Garibi Rivera, el Card. José Salazar, Mons. Corripio Ahumada, Mons. Emilio Berlié, Mons. Jorge Bernal y otra serie de obispos, numerosos, tanto de México como de Centroamérica y Sudamérica.»
La Virgen de Guadalupe es ya Patrona de toda América y su basílica de Roma tiene un marcado carácter panamericano, además de mexicano. En los mosaicos de las naves laterales, están representadas las Vírgenes patronas de todas o casi todas las naciones americanas. P. Fidel, ¿cree usted que la Virgen María tiene reservadas gracias especiales para todos los peregrinos americanos que vienen a confiarse a Ella en esta basílica?
«Esto, más que creerlo, es un acto de confianza. Yo diría que sí. Que la Virgen de Guadalupe tiene reservadas gracias especiales para todos estos peregrinos, que espero sigan siendo numerosos, que vienen aquí a postrarse a sus pies, a los pies de la Virgen de Guadalupe. Ciertamente confío en que sea así. La Virgen da siempre una respuesta a la fe de todo aquél que con humildad y sencillez se acerca a Ella. Ésta fue la experiencia que hicieron los muchos peregrinos del Gran Jubileo del año 2000. Efectivamente pienso que, aquí, en esta iglesia, todos los americanos encuentran a sus respectivas patronas nacionales. Indudablemente que el Señor, a través de la Virgen, nos bendice a manos llenas».

FECHA DE PUBLICACIÓN: 2005-04-27


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