26 de Abril de
2012
La Iglesia
Católica en Paraguay necesita 2.000 sacerdotes para cubrir todo el territorio
nacional. Actualmente, cuenta con 400 consagrados, de los cuales 150 son
nativos y el resto misioneros. Según el arzobispo coadjutor de Asunción,
monseñor Edmundo Valenzuela, las familias cristianas no promueven la vocación
sacerdotal en los hijos.
La Iglesia celebra
este domingo la fiesta del buen pastor y estableció que la semana que la
precede sea para orar por las vocaciones sacerdotales, de manera a que sean
buen pastor, a semejanza de Jesucristo.
Según Valenzuela, este tiempo tiene la finalidad de invitar a toda persona a descubrir el llamado que Dios le hace, por el hecho mismo de ser persona humana. En ese sentido, apuntó que cada humano está llamado a un crecimiento en dignidad. Agregó que actualmente muchas personas aún no se sienten personas humanas por las carencias, ignorancia, enfermedad o por la situación de extrema miseria en que están viviendo.
Al respecto,
sostuvo que descubrir que uno está llamado a ser persona humana es la primera
vocación. La segunda es descubrir que está llamada a ser hijo e hija de Dios a
través de la fe y el bautismo.
Luego vienen las
vocaciones específicas dentro de la Iglesia y la sociedad. La primera gran
opción entre estas es la vocación al matrimonio, basado en el amor entre el
hombre y la mujer: un amor gratuito, libre y generoso, que les lleva a dar y
recibir. Ese matrimonio tiene su característica de fidelidad e indisolubilidad.
La segunda
vocación específica es a la vida sacerdotal, que serán los ministros de los
sacramentos y de la palabra; son los que fueron constituidos por Jesucristo
para ser su continuidad como buen pastor, como dirigente de la comunidad
eclesial. “Allí tenemos la necesidad de muchos sacerdotes, ya que hay una escasez
muy grande. En el Paraguay necesitamos 2.000 sacerdotes para cubrir todo el
territorio nacional. Actualmente tenemos 400, de los cuales 150 son nativos y
el resto misioneros. Esto significa que nuestras familias no están
despertándose en promover la vocación sacerdotal en los hijos. Paraguay debería
ser un semillero sacerdotal, no solo para sus diócesis, sino para todo su
continente”, remarcó.
Preguntado por qué
no surgen vocaciones, indicó que las familias son pocos cristianas y valoran
más las profesiones para salir a flote en economía, y no descubren que el
sacerdocio está por encima de otras vocaciones, por ser una vida entregada por
el bien de los demás.
Consultado si los escándalos que cometieron algunos sacerdotes no sería la causa principal, indicó que muchas veces se ve más el defecto y no las virtudes. “Hay porcentaje reducido de sacerdotes que han escandalizado. En Alemania hicieron una estadística de los abusos. Se dieron 381.000 casos, de los cuales 144 fueron sacerdotes”, apuntó.
Consultado si los escándalos que cometieron algunos sacerdotes no sería la causa principal, indicó que muchas veces se ve más el defecto y no las virtudes. “Hay porcentaje reducido de sacerdotes que han escandalizado. En Alemania hicieron una estadística de los abusos. Se dieron 381.000 casos, de los cuales 144 fueron sacerdotes”, apuntó.
Finalmente,
sostuvo que la tercera vocación específica en la Iglesia es la vida consagrada
de religiosos y religiosas que viven en los institutos, congregaciones,
laicales consagradas en la pobreza, obediencia y castidad, para anunciar con
sus vidas que Dios existe.
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