miércoles, 24 de abril de 2013

Acercarse a la Escritura con confianza y respeto.


Un diálogo con el biblista Juan Miguel Díaz Rodelas.
Por Jose Antonio Varela Vidal

CIUDAD DEL VATICANO, 19 de abril de 2013 (Zenit.org) –

Días atrás se realizó una importante reunión de la Comisión Pontificia Bíblica en el Vaticano.

El motivo fue reflexionar entre todos sus miembros sobre las bases que inspiran la Biblia.

Entre los participantes estuvo el presbítero español Juan Miguel Díaz Rodelas, catedrático de Sagrada Escritura y decano de la Facultad de Teología de Valencia, quien es también miembro de la Pontificia Comisión Bíblica desde el año 2008.

ZENIT conversó con él durante una pausa del evento.

¿Cómo se desarrollaron las labores durante la reunión?

--Padre Díaz Rodelas:

Esta sigue a las anteriores.

Es de alguna manera el punto de llegada de cuatro años.

Se trabajó sobre un texto posible sobre el que se enviaron las posibilidades de cambio; luego se discutió para aceptarlos o rechazarlos.

El tema ha sido “La inspiración en la Biblia”…

¿Por qué esto la hace tan especial?

--Padre Díaz Rodelas:

Desde nuestra perspectiva de creyentes --y aquí hay que incluir a todos los cristianos y al mundo judío--, la Biblia no es un libro de literatura que contiene información histórica; aunque tampoco exclusivamente religioso.

En todo caso, Dios se ha comprometido en su composición inspirando a sus autores a través del Espíritu.

Esto es algo esencial que debemos tener en cuenta al momento de leer e interpretar la Biblia.

¿Por qué hay esa tendencia a la “interpretación libre” por parte de algunos biblistas?

--Padre Díaz Rodelas: 

Hay una parte positiva en esa pluralidad de interpretaciones, que se fundan en los mismos evangelios –solo por mencionar estos libros; y es que a veces de un mismo hecho, tenemos visiones difícilmente concordables.

Se ve que son lecturas muy diferentes de un mismo hecho.

La dificultad llega cuando la conclusión a la que se llega va en contra del sentir común de la Iglesia.

En ese caso la interpretación no sirve al que debe ser su gran objetivo, que es ayudar a la fe del pueblo cristiano.

Justamente, hay otros que quieren apegarse solo a la parte “histórica” de los evangelios.

¿Cómo es posible esto?

--Padre Díaz Rodelas:

Metodológicamente, y desde un punto de vista teórico, uno puede imaginarse un trabajo que desde los evangelios estudie la dimensión estrictamente histórica.

Pero precisamente por lo que decía antes, y dado que los evangelios son libros inspirados y están impregnados por la fe de la comunidad, es muy importante tenerlo en cuenta.

Benedicto XVI hablaba del Jesús real y ese es el que nos ofrecen los evangelios; el otro es una parte de Jesús, pero no es “todo el Jesús” de los evangelios y del creyente.

¿Por qué el creyente, el católico, no está tan familiarizado con la Biblia, y hasta mantiene una distancia?

--Padre Díaz Rodelas: 

La historia tiene sus consecuencias.

Se sabe que con motivo de la reforma protestante, con la interpretación libre de la Escritura, la Iglesia católica limitó el acceso del creyente de a pie a la lectura de la Biblia en las lenguas vulgares.

Esta decisión creó una cierta distancia del católico común frente la Sagrada Escritura.
Por ello está costando bastante que el católico haga de la Biblia un punto de referencia esencial en su vida religiosa; pero se ha caminado mucho.

Para los que trabajan con laicos, o en grupos de parroquias, ¿cuál sería su sugerencia a fin de que este encuentro con la Biblia se retome con mayor confianza?

--Padre Díaz Rodelas:

Pues ponerse a leerla con cierta pedagogía.

No parece conveniente empezar con los libros más complicados de la Biblia, más técnicos en cierto sentido; ni siquiera empezar siguiendo el orden en que aparecen, como si se tratara de una novela o un libro de historia.

Hay que hacer una lectura pedagógica…

¿Cómo es esto?

--Padre Díaz Rodelas:

Sugiero empezar con el Génesis, el Éxodo, los libros de los profetas, los evangelios y luego ir a las los libros más “difíciles”.

Pero esto es solo una pedagogía de la lectura.

Aquí lo importante es confiar que la lectura está conducida por el Espíritu, si es que se hace desde la fe y en un ambiente de fe, tanto personalmente como en grupo.

Pero no hay que olvidar que los libros bíblicos fueron escritos hace miles de años, y hay que hacer un esfuerzo mínimo de lectura, sirviéndose de algunas ayudas, como introducciones sencillas, que las hay.

Volviendo al evento, ¿cómo fue la participación, de donde proceden los miembros de la Comisión Bíblica?

--Padre Díaz Rodelas:

Los 21 miembros son profesores proceden de todo el mundo, con cierta predominancia de europeos, aunque hay varios sudamericanos, norteamericanos, brasileños…

Luego hay un hermano de Nigeria, un coreano, un indio.

muy rica la composición.

¿Cuáles son las experiencias que se desarrollan con mayor solidez?

--Padre Díaz Rodelas:

En las discusiones se han visto determinados intereses, y en las Iglesias más jóvenes de Asia y de Latinoamérica se nota un fuerte interés por la actualización de la Palabra de Dios.

Precisamente el papa Benedicto XVI ha recalcado que la Palabra de Dios es palabra actual para el creyente de hoy; sin olvidar esto, se podría decir que los europeos estemos más preocupados por el aspecto académico, intelectual.

¿A qué atribuye que Europa no se preocupe tanto por la actualización de la Palabra de Dios para los momentos actuales?

--Padre Díaz Rodelas:

Creo que se trata más bien de acentos.

Porque en definitiva, lo que la exégesis europea pretende es también entender mejor la Palabra de Dios, a fin de que sea eso: “palabra de Dios” para el hombre y la mujer de hoy.

Es verdad que esa preocupación está menos mediatizada en el biblista latinoamericano o asiático, que, por otra parte, están muy bien preparados técnicamente.

Repito, el objetivo de unos y otros es el mismo.

Yo hablaba más bien de acentos, de subrayados, aportes.

¿Usted ha leído toda la Biblia...?

--Padre Díaz Rodelas:

Sí, la tuve que leer varias veces un libro detrás de otro cuando hicimos la traducción de la Conferencia Episcopal Española…

¿Qué libros recomendaría para una lectura más especializada a nivel personal?

--Padre Díaz Rodelas:

Por ejemplo el libro del Éxodo, el libro de Jeremías, el evangelio de san Marcos; el primero facilita el reencuentro con el gran acontecimiento de la liberación de Israel; el de Jeremías es, como en general los libros proféticos, es llamada a una fe y a un culto a Dios que se traduzca en la vida.

Y finalmente el encuentro con Jesús que debe ser permanente, y que en el evangelio de Marcos se trasluce de una manera muy singular.

Y a los más sencillos..., ¿cómo les alentaría a acercarse?

--Padre Díaz Rodelas: 

Les diría que no tengan miedo de la Biblia, que es palabra de Dios para todos.

A veces nosotros los especialistas, presbíteros o catequistas, lo complicamos un poco incluso con la buena intención de explicarlo mejor...

Pero el hecho es que Dios sale al encuentro de la persona creyente cuando coge la Biblia en sus manos y la lee.

Y alimentar esa confianza es una forma de adentrarse en la riqueza de la Biblia.

Recomendaría además pedir siempre el Espiritu Santo a la hora de leer la Sagrada Escritura.

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