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domingo, 26 de mayo de 2013

De una familia con raíces profundamente luteranas he llegado a ser religioso en la Legión de Cristo.




Nikolaus Klemeyer, L.C.

Mi nombre es Nikolaus Klemeyer, L.C., nací en Alemania, tengo 28 años y estoy terminando la licencia en filosofía.

A veces me imaginaba cómo sería si, de una persona, se hiciera cada día una foto al estilo de pasaporte.

Como bebé, luego como niño, joven, adulto, anciano…

El cambio de un día a otro no se percibe ciertamente; de semana a semana a lo mejor, de mes a mes un poco más, de año a año sí con seguridad.

Es decir, contemplándolo por bloques, uno se da cuenta de los cambios que hubo en los rasgos de la cara de dicha persona.

Esta forma de ver diversos bloques de la vida y el salto de uno al otro, siempre me ha ayudado en la vida como cristiano, como católico, religiosos legionario de Cristo y, Dios mediante, futuro sacerdote.

En mi caso los extremos, es decir, el ambiente religioso y cultural en el que nací, y la vivencia actual, son muy distantes.

El camino de un lado al otro ha sido en general gradual, pero, aunque parecía lentamente gradual, viéndolo ahora ha sido a veces una “ascensión” muy fuerte.

De una familia con raíces profundamente luteranas he llegado a ser religioso en la Legión de Cristo, que ciertamente tiene una identidad profundamente católica.

¿Cuál ha sido el elemento en la vida que me ha acompañado de un extremo al otro?
Ciertamente Dios mismo, y así lo experimento.

Ha sido un camino en crescendo en cuanto plenitud.

El patrimonio espiritual y de gracia de la Iglesia católica, concretizada en el patrimonio de la Legión que me lo ha abierto y me ha nutrido con este, es inmenso.

Hay una gran riqueza que uno descubre más cada día: en la oración, en la liturgia, en las lecturas, en la convivencia...

Y esta riqueza luego desborda en múltiples formas.

Aquí entra para mí el amor a mi vocación.

Todas las Semanas Santas que he vivido dentro de la Iglesia Católica las pude vivir en la Legión de Cristo.

Significa que Dios a través de mi familia legionaria me ha introducido en la plenitud del misterio pascual.

Y es una plenitud inmensa que falta a tanta gente que conocemos.

Desde esta experiencia del misterio de Cristo vivida con estos rasgos de nuestro carisma, que son dadas a nosotros sin que las podemos definir exactamente, se plasma una misión: es compartir la misma plenitud y experiencia de Cristo con los demás a través de la caridad.
Esto es para mí personalmente el núcleo de mi vocación religiosa.

Pone en justa luz todos los demás elementos de nuestra vocación, les embellece y da vida desde dentro: los votos religiosos, la vida común y fraterna, la exigencia de vida religiosa, el apostolado concreto, la formación intelectual...

Y me entusiasma también el futuro.

Aunque no sea apodícticamente lógica esta frase, si Dios ha dado ya tanto, cuánto más dará en el futuro.


jueves, 21 de marzo de 2013

Los norteamericanos ven correcto y normal que los deportistas famosos hablen de su fe

Actualizado 6 febrero 2013
A los norteamericanos les parece muy bien que los deportistas famosos hablen de religión en los foros públicos.
Un 61% de estadounidenses apoya el que los deportistas hagan pública su fe y hablen de ella con normalidad.

Por contra, no llega ni al 10% el número de ciudadanos que considera que los deportistas no deberían hacer pública su visión religiosa aprovechando la fama, según un
reciente estudio de la casa Barna.

Si a los encuestados se les pregunta por deportistas concretos a los que conocen, son aún más los que apoyan que den testimonio público de su fe cristiana.

Estos son los más conocidos, según el estudio:

1. Tim Tebow, famosísimo jugador de fútbol americano; le conocen un 83% de los encuestados, un 73% de ellos ven bien su testimonio de fe.

Tim Tebow, el más famoso atleta cristiano de EEUU
Tebow es aún muy joven y no siempre equilibrado en sus pronunciamientos públicos.

Tiene una fundación que mantiene en Filipinas a un hospital ortopédico infantil y un orfanato.

Cristiano evangélico, su fundación declara buscar lo expuesto en Filipenses 4, 8-9: "lo verdadero, lo noble, lo justo, puro, deseable, virtuoso, digno de alabanza".

2. Kurt Warner, jugador profesional de fútbol americano, ya retirado; le conoce un 59%; un 80% ve bien su testimonio de fe.

Warner, ganador de la Superbowl en su momento, fue de los primeros en declarar su fe abiertamente en actos públicos y deportivos, marcando el camino a los demás.

Se casó con una chica que ya tenía dos hijos pequeños,

Kurt Warner y su familia, en defensa de los valores familiares

uno de ellos ciego y discapacitado a causa de un accidente.

Tuvieron otros 5 hijos.

Son cristianos evangélicos y se han volcado en el apoyo a los niños discapacitados.

Warner también apareció en anuncios de TV en defensa de la vida y contra las investigaciones que matan seres humanos en fase embrionaria.

3. Jeremy Lin, jugador profesional de baloncesto; 40% le conoce, un 76% apoya su testimonio de fe.

De familia chino-americana es aún muy joven pero ya se dice que genera "Linspiración".

Acude en California a la Iglesia China en Cristo (una iglesia evangélica), pero como viaja mucho suele llevarse CDs con sermones para escuchar en el hotel tranquilamente.

Suele colaborar económicamente en proyectos con familias desfavorecidas de EEUU.

4. Bubba Watson, jugador profesional de golf; 40% le conoce, 77% apoya su testimonio de fe.

Este campeón zurdo del golf está especialmente concienciado con la vulnerabilidad de los niños maltratados y los procesos de adopción (tiene un niño adoptado).

A menudo agradece en público a Dios y a Jesucristo sus victorias deportivas.

5. Albert Pujols, jugador de béisbol profesional; 36% lo conocen; 81% aprueban su testimonio

Poco que ver con los Pujol de la política catalana, excepto quizá un antepasado muy lejano.

Nació en

Albert Pujols, bateador de origen dominicano

República Dominicana con el nombre José Alberto Pujol Alcántara, llegó a EEUU con 16 años y se ha convertido en el bateador más temido de la liga de béisbol.

La hija de su esposa, con síndrome de Down, ha concienciado a este matrimonio baptista en la defensa de la vida, de los niños vulnerables y especialmente de los enfermos de Down, también adultos.

Además apoya proyecto contra la pobreza en República Dominicana.

La web de su fundación insiste en el carácter bíblico y cristiano de su testimonio.

"Dios me ha dado la capacidad de tener éxito en el juego de béisbol.

Pero el béisbol no es el fin, el béisbol es el medio por el cual mi esposa, Dee Dee, y yo glorificamos a Dios.

El béisbol es simplemente mi plataforma para alabar a Jesús Cristo, mi Señor y Salvador".

6. Robert Griffin III, jugador profesional de fútbol americano, 34% lo conocen; 78% aprueban su testimonio de fe

Con apenas 23 años no ha tenido tiempo de crear fundaciones ni ministerios, pero sí de evangelizar en los

Robert Griffin III hace la señal de la cruz en grandes jugadas
medios de comunicación.

Evangélico, hace la señal de la cruz después de grandes jugadas.

Dice que "mi relación con Dios es mi mayor influencia; le alabo y le doy gracias por todo.

Vivo para Él cada día, con propósito, y cuando me da la oportunidad de hacer algo por Él o hablar en su nombre, lo hago".

7. Clayton Kershaw, jugador profesional de béisbol; el 25% lo conocen; el 78% aprueba que dé un testimonio de fe.

Es cristiano metodista.

Está enfrascado en la construcción y dotación de un orfanato en Lusaka (Zambia, África) para huérfanos del sida.

Los fans y miembros de la prensa del beisbol le concedieron recientemente el premio "Roberto Clemente", que se entrega al personaje del mundo del beibol americano más solidario.

No es de los que hacen declaraciones más llamativas pero tampoco se esconde: "Dios me dijo: ´te daré el béisbol y esa será tu plataforma´", declaró hace poco.

Los más entusiastas

Si bien el 61% de los norteamericanos aprueban que este tipo de deportistas exprese su fe, hay algunos grupos de población donde la aprobación es más alta.
Así, les parece correcto al 88% de los evangélicos, el 79% de los negros, el 66% de los padres de hijos menores de edad, y el 65% de las mujeres.

Y el 64% considera que los deportistas profesionales -tanto los ejemplares como los que dan mal ejemplo- influyen más en la sociedad que los pastores y líderes religiosos.



miércoles, 3 de octubre de 2012

A Margarita Zavala no le gusta que la llamen Primera Dama sino la esposa del Presidente Felipe Calderón.




A Margarita Zavala no le gusta que la llamen Primera Dama sino la esposa del Presidente Felipe Calderón.


(Excélsior, 13/02/2012) y así ha actuado durante estos seis años: como compañera de su esposo, madre de sus hijos, militante del PAN y ciudadana mexicana.

He allí sus prioridades.

Margarita es una mujer muy segura de sus convicciones, no se hace bolas, sabe lo que quiere y, lo más importante, sabe a quién quiere: a su marido, a sus hijos, al PAN y a México.

Bueno, también quiere mucho a sus alumnos de clases de Derecho de 6º de preparatoria. Son jóvenes de 17 a 18 años orgullosos de tener a una maestra tan sencilla, tan dedicada, pero sobre todo, tan entusiasta.

No hay semana en que su profesora no les recuerde que “la política es la posibilidad de generar el bien”.

Desde que sé de Margarita, es decir, desde que su marido era presidente de su partido, siempre la he considerado como a una mujer de buena fe, que efectivamente, cree en el bien; cree en la posibilidad de ayudar y de escuchar al otro.

En ese sentido, Margarita es una buena católica observante.

En este sentido es muy sincera y congruente frente a sus actos.

No se hace bolas. Ni tiene dudas; lo tiene clarísimo.
Certidumbres como la anterior le dan mucha libertad: actúa como piensa.

La esposa del Presidente es una mujer inteligente, generosa, responsable y nada frívola.

Tiene su propio mundo: sus lecturas, su música y sus amigos de toda la vida.

Cree en la amistad y en el amor filial: adora a sus padres.

Discreta como es, sabe guardar secretos y sería incapaz de criticar a una amiga con otra amiga.

Margarita no es traicionera, ni mucho menos chismosa.

Odia los chismes, las “grillas” y a las personas lambisconas.

Estos seis años, en los que ha acompañado a gobernar a su marido, ha aprendido mucho sobre la condición humana.

Se da perfectamente bien cuenta cuando alguien es o no es sincera.

Tiene olfato político, intuición y es dueña de un gran sentido de observación.

En estos seis años que la esposa del Presidente ha vivido en Los Pinos, nunca la he visto enojada, ni irritada.

Sin embargo, sí la he percibido conmovida, entristecida y particularmente empática con los que sufren.

Dicen que es la “panista más popular del país”, yo agregaría que es, de todas las esposas de los presidentes de México, la más querida y la más entrañable.

Nunca, nunca he escuchado una crítica contra Margarita Zavala.

Miento. Sólo una: que no sabe llevar el rebozo correctamente.

Que se le cae a cada ratito y que alguien debería de enseñarle cómo usarlo con gallardía y elegancia.

Salvo lo anterior, cuando las y los mexicanos se refieren a ella, lo hacen con respeto, simpatía y hasta afecto.

“Hagan de cuenta que su papá y su mamá están como prestados a México.

Y esto, niños, es un privilegio y un verdadero honor”, les dijo a sus hijos, desde el primer día que entraron a Los Pinos.

Se los dijo, muy bonito, muy de a de veras.

 De allí que los tres hubieran entendido, en un dos por tres, que en esa casota, con ese jardinzote, estaban de pasadita.

Al fin que ésa no era ni su casa, ni su jardín y menos un solo pino.

A partir del 1o. de diciembre, ya tendrán, ahora sí, un nuevo hogar, como el que tenían en el 2006.

En el fondo, están felices.

Ninguno de los tres quiere ser (por lo pronto) diputado, ni senador, ni hacer negocios por debajo de la mesa, ni tener yates, ni departamentos en Miami, ni aviones particulares.

Ellos están felices con sus papás, con su mamá tan sonriente que siempre les explica todo con mucha paciencia y con sus abuelos tan cariñosos.

Como sus padres, ellos también han aprendido mucho en relación con su país y no me sorprendería que lo quieran mucho más que hace seis años.

La familia Calderón Zavala no provoca escándalos, ni rumores extraños, ni tampoco sospechosismos.

Dentro de lo que cabe, es una familia normal, muy unida con los tíos, las tías, los abuelos, las y los primos.

Margarita Zavala no nada más tiene muy buen prestigio en nuestro país, sino también en el extranjero.

No hace mucho, el señor Kerlikowske, el zar antidrogas de la Casa Blanca, hizo un reconocimiento a la esposa del Presidente, por el trabajo en materia de prevención en las drogas (http://www.presidencia.gob.mx/). Es cierto.

Margarita ha hecho un papel espléndido con los centros “Nueva Vida”, centros que dan atención y orientación muy necesaria a millones de familias de niños y jóvenes que han caído en las adicciones.

En ese sentido, la esposa del Presidente se  siente estimulada y optimista.

Dice que, en este aspecto, México se encuentra a tiempo y está en muy buen momento para seguir trabajando con los padres de familia.

Margarita Zavala ha trabajado mucho también respecto a los niños migrantes no acompañados.

Este es uno de los temas que más le preocupan.

En lo personal, puedo decir que a Margarita Zavala sí la voy a extrañar.

Me cae bien.

Nunca me decepcionó, al contrario, me gusta escuchar o leer sus entrevistas.

Me gusta que no se tome tan en serio, que no se crea la divina garza y que sea tan pero tan diferente de su predecesora.

Si algo le agradezco a la esposa del Presidente es que en estos seis años jamás mandó cerrar la lateral que sale de Constituyentes a Parque Lira.

En el sexenio pasado, miles y miles de conductores sufrimos los embotellamientos más terribles, cuando ésta se cerraba por instrucción de la entonces primera dama.

Gracias, Margarita, por todo esto.
Ah, cómo te vamos a echar de menos... como esposa del Presidente... 






domingo, 29 de julio de 2012

Cuando Dios pide un hijo Él mismo ocupa su lugar


| APOSTOLADO | TESTIMONIOS
Renunciar a la presencia física de nuestros hijos cuesta, ¡claro que cuesta!, pero si es para su felicidad y la salvación de muchas almas, ¿podemos resistirnos?
Dios, desde la eternidad misma, puso sus ojos en nuestros hijos.
Mi familia se ha visto llena de bendiciones: tengo un hermano legionario, una hermana y mis dos hijas mellizas son señoritas consagradas en el Regnum Christi, Alejandro, el único varón de nuestros hijos, después de cinco años en el centro vocacional, si Dios quiere, en septiembre de 2002 comenzará el noviciado. Tenemos además otras tres hijas: Andrea, la más pequeña, de 12 años; Teresa, quien ya ha formado su familia con Alejandro, y Jimena, quien se casará con René el próximo mes de septiembre.
Teresa y Jimena tuvieron la gracia de ser colaboradoras en el Regnum Christi al servicio de la Iglesia. Es imposible para nosotros entender cómo o por qué Dios, desde la eternidad misma, puso sus ojos en nuestros hijos, en nuestra familia. Lo que sí podemos sentir de alguna manera es que estas llamadas son una gracia muy especial que debemos primero aceptar y después agradecer: Cuando Dios pide un hijo, Él mismo ocupa su lugar.  
Nuestros hijos necesitan nuestro apoyo; nuestros hijos consagrados también necesitan nuestro apoyo, nuestras oraciones, nuestras palabras de aliento.  
Como padres de familia, podemos decir que tenemos una vocación de familia de consagrados, pues todos estamos inmersos en la vocación de nuestros hijos y Dios espera que respondamos a esa vocación.
El seguimiento a Cristo implica cargar con una Cruz; a quien diga que no le cuesta, no le crean. Un buen padre siempre está preocupado pensando con quién se casarán nuestros hijos pero, ¿hay mejor partido que Jesucristo? Renunciar a la presencia física de nuestros hijos cuesta, ¡claro que cuesta!, pero si es para su felicidad y la mayor gloria de Dios y la salvación de muchas almas, ¿podemos resistirnos? Hace algunos años escuché a un sacerdote decir que el apoyo de la propia familia a los hijos consagrados es algo
Familia Páez Garza en Roma, durante los festejos del LX Aniversario de la fundación de la Legión de Cristo y del Movimiento Regnum Christi.
muy importante. Al caminar por un bosque, ¿qué observamos en los árboles? Sus hojas, su fruto, su sombra; pocos pensarían en la raíz. Sin embargo, ese árbol grande y frondoso caería sin la raíz. Ése es el apoyo que nuestros hijos necesitan, que seamos raíces profundas que los soportan con alegría, con oraciones, con sacrificio, los cuales, como la savia, hacen que el arbusto se convierta en árbol frondoso, florezca y dé frutos abundantes. Esa labor de la raíz, callada, escondida, que a simple vista no parece importante, es fundamental para ayudar a nuestros hijos a ser luz en este mundo de confusión, testimonio de amor en un mundo lleno de egoísmo, esperanza en mundo lleno de sinsentido. Es difícil encontrar palabras para agradecer a Dios los maravillosos, sublimes y misteriosos dones que son el sacerdocio y la vida consagrada al servicio de Nuestro Señor, a los cuales nuestros hijos han sido llamados. Me gustaría agradecer a Dios el sí y la fidelidad de ese sí, del fundador del Movimiento y de la Legión. De su fidelidad dependemos muchos de nosotros, así como de nuestra fidelidad dependen otros tantos. Teresa Garza de Páez

FECHA DE PUBLICACIÓN: 2002-05-07


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