A finales de los años 80 un sacerdote de
Los Ángeles decidió iniciar un programa de recuperación de pandilleros.
Ahora, parece ser todo un éxito.
A finales de los
años 80 un sacerdote de Los Ángeles decidió iniciar un programa de recuperación
de pandilleros: la situación de violencia en las calles era crítica por
entonces, en particular en los barrios de mayoría latina del este de la ciudad
estadounidense.
Pero el Padre
Greg Boyle -o "Father G", como lo apodan- no lo pensó como un plan de
ayuda, sino como un negocio.
Una serie de
"industrias" que generarían los fondos para sostener al programa
mismo.
Las dificultades
no faltan, dicen sus responsables: desde controlar la disciplina y enseñar a cumplir
horarios, hasta mantenerse como un espacio neutral entre ex pandilleros que
estuvieron en bandos enfrentados en el pasado.
Y están también
los retos económicos en tiempos de crisis.
El modelo,
considerado uno de los programas antipandillas más grande de Occidente, cumple
25 años y la corresponsal de BBC Mundo en Los Ángeles, Valeria Perasso, se
acercó a ver cómo funciona.
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