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A pesar del silencio
mediático, a los
medios abortistas de Estados Unidos les ha estallado en las manos el caso de
Kermit Gosnell, propietario de un abortorio que asesinó a más de 100 recién
nacidos.
En medio de un escándalo que está haciendo que mucha
gente conozca la crueldad del aborto, Obama acudió en auxilio del mayor
lobby abortista del país, Planned Parenthood, fundado por la
ideóloga racista Margaret Sanger.
Cuando la moda entre el progresismo
abortista era defender el racismo.
Como ya comenté
en 2011, Sanger
era una persona que mostraba sin rodeos su desprecio por los negros, los
enfermos y los débiles.
En un artículo titulado “Birth Control and Racial
Betterment” publicado en el número de
diciembre de 1917 (pág.7) de la revista abortista Birth Control Review, Sanger escribió: “en nuestra
caridad, nuestros actos de compensación, nuestras pensiones, hospitales, e
incluso nuestro drenaje y aparatos sanitarios tienden a mantener vivo el
enfermo y el débil, se les permite propagarse y, a su vez producir una raza de
degenerados”.
En el capítulo V de su libro “La mujer y la nueva raza” (1920), Sanger escribió: “Lo
más misericordioso que una familia grande puede hacer por uno de sus miembros
más pequeños es matarlo”.
La militancia eugenésica y racista de esta mujer -dos
tendencias ideológicas entonces muy de moda incluso en medios
considerados progresistas- le llevó a dar charlas ante agrupaciones de la rama
femenina del Ku Klux Klan, y tuvo una de sus más siniestras plasmaciones
en una carta que envió a Clarence Gamble el 10 de diciembre de 1939, ya
iniciada la Segunda Guerra Mundial: “No queremos que se corra la voz de
que queremos exterminar a la población negra”.
En la actualidad, organizaciones de la comunidad
afroamericana de Estados Unidos como la National Black Prolife
Coalition señalan a
Planned Parenthood denunciando que “el 78% de sus clínicas están en
comunidades minoritarias”, y advierten: “Los negros constituyen 12%
de la población, pero el 35% de los abortos en Estados Unidos.”
Ocultando las controvertidas opiniones racistas y
eugenésicas de su fundadora, hoy en día Planned Parenthood cita a Sanger en su web como “una de los grandes
héroes del movimiento”,
presentándola como una valiente luchadora progresista, e incluso da su
nombre a los premios anuales de ese lobby.
Planned Parenthood apoyó la reelección
de Obama con un gran donativo.
Desde luego, es preocupante ver a Obama pontificando
sobre lo que es “avanzado” o deja de serlo mientras apoya a una organización
fundada por una militante racista y simpatizante del Ku Klux Klan.
Hablamos de un lobby abortista que en 2008 fue pillado aceptando donativos con fines
racistas, y que el año pasado
fue sorprendido aceptando abortos selectivos de niñas, una práctica que incluso
rechazan medios
abiertamente partidarios del aborto, pero que Obama decidió
apoyar en 2012 después de
que Planned Parenthood anunciase que respaldaría su campaña para la reelección
con un donativo de 1,7 millones de dólares.
¿Lo moderno es negar derechos humanos
por motivos de edad?
En su intervención de apoyo a ese lobby abortista, y a
propósito de las 42 leyes estatales que hay en EEUU para limitar el aborto y
ofrecer más amparo a la vida de los niños por nacer, Obama afirmó: “Cuando
lees acerca de estas leyes quieres mirar el calendario y asegurarte de que
estás viviendo en 2013″.
En referencia a las políticas pro vidas, el actual
presidente declaró: “Después de décadas de avances todavía hay personas que
quieren hacer retroceder el reloj a políticas más adecuadas a la década de 1950
que al siglo XXI”.
Es decir, que para Obama ofrecer amparo a los miembros
más débiles de nuestra sociedad es un retroceso y algo impropio de 2013.
El mandatario estadounidense no ha hecho
girar ninguna de sus reflexiones en torno a la irrefutable humanidad de las
víctimas del aborto, ni en torno a la evidencia científica de que la vida se
inicia con la concepción.
Tampoco se ha cuestionado el hecho de que haya vidas
humanas a las que se les niega, en nombre del progreso, la merecida protección
que merece todo ser humano por el hecho de serlo, con independencia de su raza,
nacionalidad, sexo o edad.
Negar la realidad de la vida humana
prenatal: un negocio muy rentable.
En esto Obama sintoniza con los esfuerzos de Planned
Parenthood por ocultar la realidad sobre los seres humanos que mueren víctimas
del aborto.
En 2011 Catalina Adair, antigua empleada de ese lobby,
escribió un revelador
artículo en el diario The Washington Examiner en el que desvelaba las malas prácticas
y los engaños de Planned Parenthood: “los trabajadores de la clínica
evitaban de forma deliberada proporcionar información sobre el desarrollo
fetal, lo que el niño parecía, el desarrollo anatómico del niño y el dolor que
él o ella podría sentir.
Me recordaban continuamente que en lo
referido al bebé, la terminología adecuada era “grupo de células” o “el
contenido del útero”.“
Según Aldair, “la misión de Planned Parenthood es
presionar a tantas mujeres como sea posible a tener un aborto.
Los responsables saben que eso no se
puede lograr si se refieren al niño como un “bebé”.
En ese caso la mujer sabría lo que
estaba realmente creciendo en su interior: una pequeña persona con un corazón
que late, un sistema nervioso en funcionamiento, pequeñas manos y pies.
El niño es totalmente ignorado.
No hay orientación, ni cuidado, ni
espera ni discusión.
vez que el embarazo se confirma, hay que
acabar con él.”
Aldair también advirtió los enormes
beneficios que consigue ese lobby abortista a costa de los contribuyentes: “Se gasta millones de dólares
cada año para asegurarse de que el contribuyente estadounidense va a seguir
subsidiando sus servicios de aborto.
El año pasado, las obras de Planned
Parenthood percibieron una cifra récord de 363 millones de dólares en fondos
del gobierno.
Eso se genera en buena medida haciendo
falsas declaraciones sobre cómo la financiación pública reduce el número de
abortos.”
¿El aborto es bueno porque es moderno?
La falacia ad novitatem
Las declaraciones de ayer de Obama se enmarcan en una
tendencia sistemática de la ideología progresista a recurrir a una falacia
lógica, el argumento ad novitatem, según el cual algo es bueno o
correcto por el mero hecho de ser nuevo o moderno.
Obvia decir que el mero hecho de que algo sea novedoso no
lo convierte en bueno o justo, y en consecuencia una cosa no es mala ni
incorrecta por el mero hecho de ser antigua.
De hecho, existen normas que penalizan el homicidio y el
robo desde tiempos históricos muy remotos.
¿Mantener miles de años después normas
que penalizan el homicidio y el robo será para Obama algo impropio de 2013?
La palabra moderno procede del latín modernus, que
designa lo reciente, lo novedoso.
A modo de ejemplo, en el siglo XX aparecieron cosas
entonces tan novedosas -es decir, hasta entonces nunca vistas- como las
dictaduras comunistas, los fascismos, los campos de concentración y de
exterminio, el uso de la bomba atómica, etc.
Si aceptamos la tesis progresista de que
lo correcto es lo nuevo y lo actual, ¿en 1939 lo correcto en Alemania era ser
nazi?
Respetar la vida humana es lo correcto,
sea algo moderno o no.
Frente a esa falacia hay que plantear la necesidad de
examinar la corrección o bondad de los actos humanos no por su novedad, sino en
base a criterios de razón, de respeto por los derechos fundamentales de todo
ser humano, de ética y de moral.
Exterminar a seres humanos usando Zyklon
B era muy novedoso en 1940, cuando se
probó por primera vez para liquidar a niños gitanos, e incluso seguía siéndolo
un año después, cuando se empezó a usar ese gas para exterminar a los judíos en
campos de concentración.
Por supuesto, usar Zyklon B es una monstruosidad pero
no porque hayan pasado muchos años de aquello y ahora se considere un crimen:
ya lo era entonces, cuando resultaba algo novedoso.
Y es que matar a seres humanos inocentes e indefensos es
un crimen, es un acto perverso -es decir, inmoral y contrario a la ética más
elemental-, y justificarlo mermando o ninguneando la humanidad de las víctimas
es, además, un insulto a la ciencia y a la razón.
Lo era en 1940 y lo sigue siendo en 2013.
En la actualidad la ciencia y la tecnología han convertido en algo irrefutable que
las mujeres conciben seres humanos, y que ya lo son desde el momento de la fecundación, que
es cuando cada uno de nosotros adquiere la identidad genética que nos
acompañará hasta la muerte.
Es en ese momento cuando se inicia ese desarrollo
continuo que es nuestra vida, cuyas distintas etapas reciben distintos nombres: embrión, feto, bebé, niño, adolescente,
joven, adulto y anciano.
Negar que en algunas de esas etapas
seamos humanos es un postulado irracional y anticientífico.
Es realmente perverso negarlo, a sabiendas
de que está faltando a la verdad, para justificar que sea legal matar y
descuartizar a los miembros más indefensos de nuestra sociedad.
Hacer eso, además, recurriendo a una falacia lógica ya es
el colofón de la falta de argumentos válidos y de escrúpulos morales de la que
adolecen abortistas militantes como Obama.

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