El Observatorio
5.JUN.2013
·
Fuente:
Gallup
¿Suicidio asistido?
Mejor llámalo poner fin a la vida de un paciente que
sufre.
Un informe de Gallup pone en evidencia cómo varía la aceptación de la
eutanasia según se pregunte de una manera o de otra.
En la encuesta realizada se preguntaba sobre valores
morales.
Al llegar al apartado de la eutanasia proponían a los
encuestados la misma pregunta pero formulada de distintas maneras.
Primero se les planteaba la situación de una persona que
tiene una enfermedad incurable y se les preguntaba: “¿Piensa que la ley debe
permitir que el médico ayude al paciente que sufre a poner fin a su vida
siempre que él y su familia lo permitan?”
En este caso, el 70% opina dice que sí.
Sin embargo, cuando ante la misma situación se preguntaba si la ley debe
permitir que un médico ayude a un paciente a cometer suicidio, el apoyo
disminuye 20 puntos.
Gallup estima que una de las claves es la connotación negativa que conlleva
la palabra suicidio.
Tal como se plantea en el segundo caso el suicidio asistido, se trata de
una decisión personal, mientras que con la otra pregunta se ve como una
decisión conjunta entre médico, paciente y familiares, lo cual ayuda a que sea
más aceptada.
Es decir, ante las mismas situaciones y las mismas consecuencias, cómo se
plantee la eutanasia hará que tenga mayor o menor aprobación.
Gallup, que lleva más de diez años realizando anualmente
esta encuesta, muestra cómo la defensa del suicidio asistido ha descendido del
68% al 50% en los últimos doce años.
Por otro lado, cuando no se formula como tal, sino como
una ayuda del médico al paciente para liberarle de sus dolores, el apoyo se ha
mantenido estable en los últimos quince años, en torno al 70%.
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