El director del Cervantes de Roma pide no
recortar en educación y ayudar a los jóvenes
ROMA, domingo 10
noviembre 2012 (ZENIT.org).-
La educación es fundamental en cuanto una inversión para el futuro, en
particular si enseña valores que sostienen a la sociedad y cuya pérdida se
tradujo en la crisis económica actual.
En especial para
los jóvenes tentados a pensar que no existe ni autoridad ni puntos de
referencia y que todo es inagotable.
Lo indicó a ZENIT
el director del Instituto Cervantes en Roma, Sergio Rodríguez en el contexto de
un desayuno de trabajo en el que se analizó: “¿Está realmente tan mal España?,
en el que intervino también el consejero de Educación de la embajada de dicho
país en Italia, Ignacio Sánchez.
El evento fue
organizado por Prestomedia
y Mediatrends,
un observatorio independiente sobre América Latina y la española Fundación
Promoción Social de la Cultura.
¿Cuál
es el papel de la cultura cuando se vive una crisis económica de envergadura?
--Prof. Rodríguez: La educación es un
tema fundamental en cualquier sociedad y si bien sus frutos no son inmediatos,
lo son a medio y largo plazo y muy consolidados.
Es evidente que
en un contexto como el actual debemos sobre todo y en la medida de lo posible
intentar no recortar excesivamente en el tema educativo, por que es una
inversión que luego nos va a permitir tener ideas de fondo.
En el
debate salió muchas veces que hay un problema de fondo que va más allá de la
finanza.
--Prof. Rodríguez: El problema es que también hay una crisis moral porque
en buena parte se ha quitado a la educación tradicional uno de sus pilares que
es la familia, a la educación institucional la credibilidad, al punto que
cualquiera pone en duda hoy el papel del profesor, del director.
En fin la escuela
es una institución muy sólida y debe serlo, y sobre todo lo que tiene que
proponer es una educación de valores.
De
acuerdo, valores ¿pero cuáles?
--Prof. Rodríguez: El problema es que
durante mucho tiempo se han propuesto unos valores que no son los que debían y
nos han llevado a tomar modelos antropológicos equivocados como los de personas
que hacen su fortuna engañando a los demás, y gracias a eso tienen un avión
privado.
Eso no es
posible, es necesario que las escuelas defiendan la excelencia y al mismo
tiempo la honestidad, el sacrificio.
Se ha cultivado
mucho la idea de que todos son derechos, y no hay ninguna responsabilidad.
Y es necesario
inculcar lo contrario, hay que ayudar a que los jóvenes construyan su proyecto
de vida basados en sólidos valores, la búsqueda de la excelencia, cosas que no
están reñidas con la solidaridad.
Lo
que usted dice parece evidente, aunque mucho de esto se ha olvidado.
--Prof. Rodríguez: Sí, debido al modelo
antropológico que se ha difundido.
El hecho
educativo no va solo, son varios factores, pero sobretodo la educación escolar.
Además de los
medios de comunicación que tienen una gran responsabilidad en ese proceso.
Si pensamos que
los jóvenes a lo largo del día ven muchas horas de televisión, y los mismos
videojuegos, lo que se comunica es que la violencia es substancial al ser
humano, que los conflictos se tienen que resolver por la violencia.
Que todo cae de
los árboles, que la sanidad es algo que no se agota, que si se rompe un banco
de una plaza pues lo reponen, que no hay ninguna responsabilidad.
En cambio todo
esto es fruto del esfuerzo colectivo y hay que valorarlo.
El
Instituto Cervantes en este sentido ¿que rol tiene o puede tener?
--Prof. Rodríguez: El Instituto Cervantes
tiene un doble rol, el de difundir el idioma español, como idioma común con
todos los hermanos de Latinoamérica, y eso es un tema muy importante.
Y también
difundir la cultura española y la cultura que es patrimonio común de los países
latinoamericanos.
Lo que intentamos
hacer es que abunde no solamente el arte o la literatura sino también abunde el
pensamiento.
Por ello queremos
poner en marcha un ciclo de reflexión sobre lo que significa hoy Europa después
de la crisis, que nos queda para el mundo de mañana, cuáles son las tendencias
del mundo educativo, en el mundo de la construcción económica.
Todo eso entra en
la nueva área de reflexión del Instituto Cervantes de Roma.
¿El
Cervantes tiene convenciones culturales con el Vaticano u otras instituciones?
--Prof. Rodríguez: Una de las líneas del
futuro va a ser justamente eso, que el Instituto Cervantes pueda trabajar más
con la Santa Sede y con la Iglesia en general.
Roma es un lugar
privilegiado en ese sentido porque hay academias, ateneos y universidades
pontificas, una rica variedad de colegios.
Sería de tontos
no valorar ese acerbo y posibilidades de trabajar conjuntamente.
Hoy
se ha hablado de la crisis económica en España y Europa e incluso se ha
nombrado la encíclica Caritas
in Veritate.
¿Por qué?
--Prof. Rodríguez: Porque uno puede ser
creyente o no creyente, pero lo que no puede dejar de ver es la figura del papa
como referente moral.
El mundo está
carente de referencias morales.
Una de las cosas
que mayo del 68 hace es criticar todo, y por el hecho de tener los mismos
derechos desde el punto de vista jurídico, pensar que todos somos iguales desde
el punto de vista intelectual y no es igual el que predica también con su
ejemplo que el que no, no es igual el que tiene una idea brillante de quien no.
Todo el mundo
tiene el mismo valor pero las ideas que producimos no son iguales.
Y es verdad que
el papa en ese sentido ha propuesto un modelo de sociedad sobre el cual debe
constituirse nuestro occidente desarrollado.
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