Estaba hundida en una grave depresión, pero sin ninguna duda acerca de su religión. Vio una película sobre Juan Pablo II y decidió ir un día a misa con una conocida. No entendía nada de la misa, pero de rodillas, al sonar las campanillas, se curó. | |||||||||||||||||||||
| |||||||||||||||||||||
Molisa Derk era protestante metodista, hija de metodistas y con los cuatro abuelos metodistas. El metodismo, fundado por John Wes ley en el siglo XVIII, es una rama del protestantismo que acepta el libre albedrío (al contrario que los protestantes calvinistas), con una liturgia ex tremadamente simplificada, a la que pertenecen, con distintas variaciones, unos 75 millones de cristianos. Desde niña le gustaba su pequeña iglesita, donde cantaba en el coro y acu día a la "Escuela dominical". "Para mí la iglesia era un lugar hermoso con preciosas ventanas con vidrieras, un lugar donde todos son reían, felices y siempre estaban alegres de verme", escribe en un testimo "Mi modelo espiritual era mi maravillosa abuela, que estaba -y seguro que sigue estando- en muy buena relación con el Altísimo. Esta mujer, cuan do detectó un bulto en su pecho, se puso de rodillas y rezó toda la noche, y al día siguiente el bulto desapareció. Aunque tenía muy pocos ingresos, pagaba el diezmo. Pasaba la mayor parte de su tiempo visi tando a ´los ancianitos´, aunque a menudo ella era más anciana que los que visitaba. Su gozo en el Señor era obvio". Aunque los metodistas bautizan a los bebés, los padres de Molisa decidie ron no hacerlo con ella. Su madre la llevaba a la iglesia con la abuela, aunque no se quedaba en el servicio religioso con ellas. A los doce años, leyendo "The robe", de Lloyd C. Douglas, quedó convencida de la his toricidad de los evangelios y de Jesucristo y su Resurrección. Se bau tizó en la iglesia, con su abuela a su lado, sin comentárselo a sus padres... su madre lloró, no por el bautizo, sino porque no la habían avisado. Molisa se casó con un chico de otra comunidad metodista, nie to de pastor, y tuvieron un hijo. Molisa ejerció muchas funciones en la parroquia metodista: profesora de escuela dominical, superintendente de la escuela, directora del campamento bíblico de verano, tesorera, etc... Estudió matemáticas e informática en una universidad Baptista del Sur, donde conoció en profundidad la teología y práctica baptista, pero ella se mantuvo firme en la tradición metodista. Rupturas y depresión Con su hijo ya en el instituto, su matrimonio se rompió. Y después, en 2004, se sumaron muchas duras pruebas. Su madre, de 89 años, a la que cuidaba, enfermó y murió. Su hijo vivía en otra ciudad. Su padre y su hermano habían fallecido años antes. Y un hombre con el que había estado saliendo durante un año anunció que la dejaba por otra persona. Y su trabajo como profesora de informática se veía amenazado por los problemas del colegio en el que es taba. Tenía 53 años, y su vida familiar, emocional y laboral estaba empapada de incertidumbre. Incluso encontró muerto en la cocina a su gata, "que había sido mi compañera constante en todos mis problemas". Cayó en una depresión. Hizo tres sesiones de terapia que le ayudaron al go, pero eran caras y su terapeuta le aseguró que no podían ayudarle más. En otoño de 2005 la depresión se agudizó aún más, agravada por serios pro blemas financieros. En su grupo bíblico comenzó a hablar abierta mente de pensamientos de suicidio. En varias ocasiones su grupo oró por ella, rodeándola e imponiéndole las manos, sin efecto aparente. "Yo pen saba estar más allá de toda ayuda y esperanza", recuerda. Una película sobre Juan Pablo II Fue en esa situación cuando se encontró en la televisión con una película so bre Juan Pablo II, "No tengáis miedo" (Have no fear, un telefilme de Jeff Bleckner, de 2005). "Viendo esta película, tuve una extraña sensa ción de paz, algo que llevaba tiempo ausente de mi vida. No fue por ninguna discusión teológica ni nada similar, de hecho no recuerdo qué es lo que me daba paz en esa película. Fuese como fuese, me pregunté si la Iglesia Católica podría ayudarme". ¿Qué sabía Molisa del catolicismo? Nada. Tenía algún pariente católico, pero nunca habían hablado de religión. Solo había estado en una iglesia católica una vez, para un funeral. Sus amigos baptistas le habían hablado mal del catolicis mo, pero no su familia ni conocidos metodistas. "Sabía que los no católicos no podíamos comulgar en celebraciones católicas, y que el tipo al mando allí se llamaba Papa, y nada más", explica Molisa. "Todo lo que sabía es que algo en esa película me confortaba". La primera misa: nada acogedora En enero de 2006 se decidió: llamó a la única persona católica que conocía en la zona y decidieron ir juntas a misa. "Todo me confundía. Como protestante, estaba acostumbrada a recibir un fo lleto nada más entrar con el orden del servicio, los números de los himnos... pero no me dieron nada así. Miraba a mi alrededor y no veía que nadie consul tase ningún texto durante el servicio. Me parecía que todo el mundo se había memorizado el orden de adoración, y nadie estaba inclinado a decirme lo que iba a pasar. El culto además tenía muchos más elementos pequeños que un ser vicio metodista típico: levantarse, arrodillarse, inclinarse, sentarse, varios movimientos extraños con las manos, recitados de una litur gia misteriosa, etc..." "Para abreviar: me sentí como una visitante no bienvenida, confundi da y extrañada. Si de mí hubiese dependido, no habría vuelto nunca. Pero al parecer Dios tenía otros planes". "Un cambio instantaneo y total" Molisa intentaba pasar desapercibida, levantarse cuando todos lo hacían, sen tarse como todos... y arrodillarse cuando lo hacían los demás. "Todos se arro dillaban, y un muchachito tocaba una campanita, algo que me pa reció muy extraño, así que yo también lo hice". "En ese momento, durante la oración eucarística, fue como si una mano gi gante e invisible llegase a mi mente y quitase todos los sentimien tos y pensamientos malos que me habían sido mis constantes compañeros durante años. El cambio fue instantáneo y total. Quedé aturdida". Durante la semana se sintió mucho mejor, pero al pasar los días volvían los pen samientos lúgubres." Así que decidió volver a la iglesia católica ese domingo pa ra otra dosis. Seguía sin entender el culto, pero cuando me arrodillé y so naron las campanas, recibí de nuevo la misma sanación que la se mana previa. Y de nuevo, al avanzar la semana, volvió parte de la depresión, aunque no tanta como antes". Descubrió que no recibía esa sanación en los servicios metodistas. Ni tampoco en la misa en otras parroquias católicas, a las que acudió. La recibía solo en esa parroquia, durante la consagración, y cada semana era más eficaz. "Parece que Dios quería que fuese a esa parroquia cada domingo", afirma hoy. El templo ni siquiera tenía vidrieras bonitas como a ella le gustaban. Sanación y conversión Pasaron los meses y la sanación se demostró definitiva. Sin terapia, se ha bía ido la depresión. Y ya no tenía experiencias especiales durante la con sagración. "Me convencí de que Dios me quería en la Iglesia católica". Empezó las clases para adultos en otoño de 2006 y fue recibida como católica en la vigilia de Pascua de 2007. Excepto algunos amigos de tradición baptista muy anticatólica, casi todos sus amigos protestantes admitieron que el cambio de Molisa era evidente y positi vo: volvía a reír, a cantar, a vivir con esperanza. "Sigues una columna de fuego, como Moisés", reconoció una de sus responsables de grupo metodista. Al contrario que otros conversos del protestantismo, que llegan al catolicismo después de mucho estudio bíblico, patrístico e histórico, con esfuerzo y sufri miento, Molisa tenía clara su decisión antes de ponerse a estudiar los temas conflictivos. Ya lo había vivido en misa. ¿La Asunción de la Virgen? No hay reliquias de su cuerpo, y según la Biblia también Elías fue llevado al Cielo... ¿por qué no? ¿La Biblia? Descubrió que en cada misa dominical hay tres lecturas bíblicas, cuatro si cuen tas el Salmo, mientras que en un servicio metodista se trata un solo texto. ¿El Purgatorio, la presencia real en la Eucaristía, la virginidad perpetua de María? Todo tiene base bíblica. Ambiente reverente, pero que no sea lúgubre Sólo le molestaban (y le siguen molestando cuatro años después) aspectos menores de tipo cultural: "añoro la escuela dominical, la música alegre y a nimosa, la atmósfera alegre de la iglesia protestante; nunca me gustará el canto gregoriano. El ambiente en una iglesia católica se supone que ha de ser reverente, lo que está bien, pero a menudo me parece más bien lúgubre". Sin embargo, valora enormemente "el valor espiritual del sufrimiento" en el catolicismo, mientras que "encuentro que la teología protestante es de muy poca ayuda en este tema". Molisa lamenta oír comentarios anti-católicos por parte de protes tantes, y también lamenta los comentarios anti-protestantes por parte de católicos. "Tenemos demasiadas batallas espirituales que librar contra nuestro Enemigo como para desperdiciar nuestro tiempo peleando en tre nosotros. Rezo para que los fieles a ambos lados del abismo católico-pro testante encuentren una forma de estar más cerca en espíritu". Molisa es hoy profesora de Ciencias de Computación en la Universidad esta tal de Dickinson, en Dakota del Norte. Estudia los efectos de la informática en la vida moderna. Acude a la parroquia de St Patrick y toca en la banda musi cal de la parroquia. |
viernes, 20 de enero de 2012
La informática protestante que se sanaba en la consagración sin saber qué es la misa
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario