El rosario, la adoración eucarística
y la misa tradicional son los tres pilares de su amor a la Iglesia.
Se convirtió gracias a una lesión
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Aunque el
fútbol europeo no es un deporte tradicional en Estados Unidos, empieza a
arrastrar masas y a tener sus famosos. Eddie Gaven figura entre los nombres
conocidos de la Primera División (Major League), donde lleva jugando diez
años. Fue campeón en 2008 con su actual equipo, el Columbus Crew de Ohio. En
2003, a los 16 años, se convirtió en el jugador más joven que firmaba un contrato
para Primera División, y un año después era seleccionado para
el partido All Stars.
Pero cuando su carrera empezó a subir, su fe empezó a bajar... Educado católicamente, su familia iba a misa todos los domingos y mantenía costumbres como bendecir la mesa, pero él empezó a decaer en la práctica religiosa a medida que el deporte le absorbía y el éxito le convertía en un pequeño ídolo. Hasta que una lesión le mantuvo un mes apartado de los terrenos de juego y en parte hospitalizado, y empezó a pensar en las cosas importantes de la vida: "Empecé a ver las cosas con mayor claridad y a comprender que, aunque el deporte es divertido, no durará siempre. Lo que durará siempre es el cielo o el infierno", explica en una entrevista concedida a National Catholic Register.
Empezó a rezar de nuevo, siguiendo los consejos de San
Alfonso María de Ligorio y según un libro de Santa
Brígida de Suecia: "Noté que a medida que mi vida de
oración crecía, me tomaba más en serio mi fe. Cuando más rezaba, más quería
ir a misa y confesarme y vivir las virtudes a diario".
Pudo acabar protestante... y se convirtió su novia Lo llamativo es que su madre, tiempo atrás, deseándole verle más comprometido con Dios, le había animado a unirse a un grupo juvenil protestante muy activo.
"Yo no quería, pero fui sólo por complacerla",
confiesa Eddie. Y allí conoció a una chica.
Se
enamoraron, y como querían casarse y tomárselo en serio, comprendieron
que la diferencia de religión era un problema.
Discutían mucho: "Yo le explicaba las pruebas que había
encontrado de que la Iglesia católica había sido fundada por Jesucristo, y
ella me daba argumentos de por qué era protestante".
Al final, "por la gracia de Dios", Paula,
su hoy esposa y madre de su hijo de trece meses, "vio la luz sobre la
belleza de nuestra fe católica.
Es una bendición, y realmente creo que sin las mismas
creencias nuestro matrimonio no habría funcionado".
Eddie intenta ser "un buen marido, un buen padre y un buen trabajador imitando a San José, que es el perfecto modelo de las tres cosas.
Él todo lo hacía por Cristo, toda su vida estaba llena por la
gracia, y estaba absolutamente unido a la voluntad de Dios.
Es un modelo para cualquier hombre que quiera crecer en la
virtud".
Tres motivos cautivadores Gaven ve tres aspectos fundamentales que le atraen de la religión católica: "La primera es el rosario, tuvo un impacto tan profundo en mi vida que renovó la fe en mi corazón.
La segunda es la adoración eucarística,
normalmente vamos toda la familia una vez a la semana, además de ir a misa
los domingos y a diario si es posible.
La tercera es la santa misa: no hay forma de
expresar el poder de la misa, porque es el mismo sacrificio del
Calvario".
Generacionalmente, no habiendo cumplido aún los 26 años, Eddie creció conociendo solamente la misa postconciliar: "No sabía que existía la misa en latín.
Pero cuando empecé a profundizar seriamente en mi fe, empecé
a ir a la misa tradicional.
Es
toda una experiencia asistir a ella por primera vez.
Era algo más allá de lo que yo había soñado jamás.
Ahora asisto habitualmente a ella.
¡Hay tanta reverencia! Estoy muy agradecido al
Papa Benedicto por hacer que la forma extraordinaria está
disponible con mayor amplitud gracias a su motu proprio Summorum
Pontificum de hace cinco años.
Es lo más bello que existe, si exceptuamos el cielo".
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miércoles, 8 de agosto de 2012
Eddie Gaven el futbolista cautivado por la liturgia católica
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