04/ 4/2012
De Canadá a España, de Australia a Estados
Unidos, los personajes pintorescos que pretenden el trono de Pedro
Andrea
Tornielli
Ciudad Del
Vaticano
En el sitio web truecatholic.org hace tiempo que
existe la página codificada para votar por el sucesor de Pío XIII, padre Lucian
Pulvermacher el «papa del Montana» elegido con “fumata” blanca en un rancho en
1998 y fallecido hace tres años: «All electors and papabile, please enter your
username and password to enter…». Mientras que en Canadá, el pasado 12 de
enero, fue elegido otro papa, llamado padre Mathurin. En Italia, en Gavinana
(Pistoia), don Gino Frediani, un cura que aseguraba que el cielo lo había
nombrado directamente papa Emmanuel I, fundó la Nueva Iglesia Universal del
Sagrado Corazón y, tras su muerte, otro sacerdote, su sucesor, administra
actualmente la comunidad.
Son sólo algunos ejemplos del variado y pintoresco mundo de los antipapas del tercer milenio, personajes con escaso seguimiento por parte de los fieles, en muchos casos originarios del tradicionalismo más exasperado: consideran vacante la sede de Pedro a causa de la «herejía» de los Papas conciliares que se han alejado de la verdadera fe católica y, por ello, con el apoyo de pequeños grupos de adeptos se han hecho elegir. Cabe aclarar, para evitar malos entendidos, que todos estos aspirantes al trono papal no tienen nada que ver – también por lo que se refiere al número de partidarios – con el tradicionalismo serio representado por la Fraternidad de San Pio X, fundada por monseñor Lefebvre, ni con el “sedevacantismo” representado en Italia por el instituto Mater Boni Consilii de Verrua Savoia, que a pesar de predicar la herejía de los Papas desde Juan XXIII hacia adelante, no retiene posible proceder con un nuevo cónclave.
En la historia de la Iglesia, como sabemos, ha habido momentos en los que los aspirantes sucesores de Pedro eran más de uno, y los fieles, a falta de medios de comunicación eficaces, no siempre podían saber cual de ellos era el legítimo obispo de Roma y cuales, en cambio, los antipapas. La situación actualmente no tiene punto de comparación, y Benedicto XVI no siente amenazada su autoridad por estos antipapas del “hágalo Usted mismo”, como el joven David Bawden, ex seminarista de Lefebvre, nunca ordenado como sacerdote, que se proclama «pope Michael» y vive con su madre y dos diáconos en Belvue, Kansas (es el único al que se le ha dedicado una película
popemichaelfilm.com/watch/youtube). De todas formas, algunos de estos pretendientes al
trono han conseguido hacerse consagrar como obispos por un verdadero obispo
católico, el vietnamita Pierre Martin Ngô Đình Thục, fallecido en 1984, después de haberse reconciliado con
la Santa Sede, pero protagonista de decenas de ordenaciones episcopales
ilícitas.
El fundador de los antipapas contemporáneos es Michel Collin, que se autodenominó papa Clemente XV, falleció en 1974. Sacerdote y misionero católico francés, fundó la Iglesia renovada de Cristo y afirmaba que fue coronado por el mismo Dios. Collin, había fundado su colegio cardenalicio con 19 cardenales. Uno de estos, el canadiense Jean Gaston Tremblay, fue protagonista de una escisión, al fundar la Iglesia del Magníficat y proclamarse papa Gregorio XVII. Tremblay, que concedió el sacerdocio a las mujeres, falleció el año pasado y, hace tres meses, se eligió su sucesor, Michel La Vallee (padre Mathurin). La Iglesia del Magníficat tiene un brote italiano en Brescia, con algunas decenas de secuaces.
Un fenómeno muy particular e importante por sus dimensiones es el de la Iglesia Palmariana, en España, fundada por Clemente Domínguez, un autoproclamado vidente que se volvió ciego a causa de un accidente de coche: después de hacerse ordenar obispo por monseñor Thuc se proclamó papa Gregorio XVII en 1978. La Iglesia palmariana tiene su propia catedral y ha alcanzado miles de adeptos, pero tampoco se libró de escisiones después de que Domínguez confesara, en público, que había abusado de algunas monjas. Tras el fallecimiento de Gregorio XVII, en 2005 los palmarianos eligieron a su abogado, Manuel Alonso Corral (Pedro II), fallecido el año pasado: actualmente, el antipapa es Sergio María (Gregorio XVIII).
Turbias historias también han acompañado la trayectoria del sudafricano Victor Von Pentz, nacido en 1953, ex seminarista de Lefebvre que no fue nunca sacerdote, nombrado por un «conclave» en Asís, como papa Lino II y coronado con tiara. Sus adeptos intentaron establecerlo, sin éxito, en la basílica de Letrán el 29 de junio del 1994. Cuatro años después, se hizo consagrar obispo en Londres, pero luego no se supo nada más de él. Mucho mayor, sin embargo, el séquito de William Kamm, denominado «Little Pebble», que en Australia se proclamó el verdadero herede de Papa Wojtyla, que en realidad no murió y se espera que regrese para nombrarlo Pedro Romano II, el último Pontífice según las profecías de Malachia. Kamm actualmente está detenido ya que una de sus 84 esposas «místicas», apenas quinceañera lo acusó por haberla violado.
El sociólogo Massimo Introvigne, fundador del CENSUR, que
ha estudiado a fondo muchos de los antipapas contemporáneos, comenta: «Estos
fenómenos representan la punta extrema del tradicionalismo radical y
demuestran que si empezamos a decir que el Papa ya no es legítimo, tarde o
temprano alguien se autoproclamará en su lugar. Y es interesante observar las
transformaciones imprevisibles, como la de la “tradicional” comunidad canadiense
de Tremblay, que ha abierto la posibilidad al sacerdocio femenino».
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