Entrevista al autor Gustavo Aguilera
CIUDAD DE MÉXICO,
lunes 16 abril 2012 (ZENIT.org).-
Gustavo Aguilera acaba de publicar en la editorial San Pablo una novela sobre
la guerra cristera de México. «Sangre de Héroes» se inserta en la lista de
novelas históricas que han logrado ambientar y mantener vivo el recuerdo de la
epopeya mexicana, que duró de 1926 a 1929.
“Sangre de
Héroes” es una novela de ficción histórica que se desarrolla en el contexto de
la guerra cristera. Muchos de los personajes y episodios son tomados de hechos
reales ocurridos en ese periodo de la historia de México.
El autor Gustavo
Aguilera nació en Celaya, Guanajuato, México, en 1973. Es licenciado en
filosofía. Desde hace varios años escribe artículos y libros, da conferencias y
colabora en programas de radio. Ha dedicado gran parte de su vida a la
investigación histórica.
La editorial San
Pablo publica su primera novela histórica ambientada en la guerra cristera.
Escrita con un estilo ágil y moderno, conduce las escenas como si de una
película se tratase.
¿Cómo
nace la idea de escribir esta novela sobre la guerra cristera?
--Gustavo
Aguilera: Mientras estudiaba en Europa, leí mucho sobre la historia de México.
Cómo dice el refrán popular, nadie aprecia lo que tiene hasta que lo pierde. En
mi caso me interesé por la historia de mi país cuando estuve lejos de él. Me
fascinaron las memorias y relatos de la guerra cristera, y más porque en México
era un tabú, poco o nada se hablaba de esta época, y eso despertó más mi
curiosidad.
Poco tiempo
después, Mel Gibson filmaba en Roma algunas escenas de la Pasión y unos amigos
cercanos a sus colaboradores me sugirieron proponerle hacer una película de los
cristeros.
Así fue como
comencé a trabajar en un guión sobre la guerra cristera. Fue hasta cierto punto
sencillo, porque la guerra cristera reúne todos los elementos necesarios de una
película épica estilo «El Patriota» o «Corazón Valiente»: el pueblo sencillo se
pone en pie de lucha con los pocos recursos que tiene para defender su libertad
y lucha contra un gobierno totalitario que cuenta con todas las armas y el
apoyo del mundo. Hay romances, hay tomas de trenes, hay espionaje, hay traiciones,
hay sacramentos que se administran a escondidas, hay mártires de la fe…
Y hace un año
decidí transformar el guión en una novela para compartir esta epopeya católica
con todo mundo.
En su
novela, ¿cuánto hay de historia y cuánto de ficción?
--Gustavo Aguilera:
Yo no conocía nada de la guerra cristera, todo lo aprendí leyendo,
entrevistando a personas que conocían los hechos de primera mano, visitando
lugares. A partir de todos esos conocimientos quise describir esa época, esas
situaciones, las grandes hazañas de hombres y mujeres valientes, incluso niños
que defendieron lo que consideraban aun más valioso que sus vidas.
Quiero decir que
todas las escenas que plasmé en mi libro tienen origen de una u otra forma en
hechos históricos. En este sentido trabajé como artista de mosaicos: tomé
piezas, hechos, martirios y los fui acomodando hasta formar un gran cuadro de
la guerra en esta novela.
Miguel, el
personaje principal, es inventado. En él quise viajar yo a ese tiempo y meterme
en los amores, peligros y aventuras que pasaron esos hombres. Hice que Miguel
se fuera encontrando con personajes históricos como el beato José Sánchez del
Río, el general Enrique Gorostieta, el general Amaro, el mismo presidente
Calles, y que atravesara circunstancias reales, como los campamentos en la
sierra, la carencia de armas y municiones, los sacramentos a escondidas, las
Brigadas Femeninas de Santa Juan de Arco, el fervor de algunos batallones, el
apoyo del pueblo, los excesos, los abusos, los habitantes reconcentrados por el
gobierno.
Como
dice, la guerra cristera siempre ha sido un tema “tabú”, controvertido y
polémico. ¿Por qué retomarlo ahora?
--Gustavo
Aguilera: Yo creo que los tiempos están maduros como para hablar del tema sin
polémicas. Pero también los tiempos están maduros como para no tratar de tapar
el sol con un dedo. Creo que podemos sacar estos hechos a la luz, con la mayor
objetividad posible y preguntarnos por qué un pueblo se puso en pie de lucha,
qué libertades se les quitaron para provocarlo de esa manera, cómo es que un
gobierno puede llegar al punto de privar el ejercicio de la libertad religiosa,
qué consecuencias tiene una guerra civil se luche por la causa que se luche.
No olvidemos que
los mismos católicos proponemos la sana separación entre la Iglesia y el Estado
y que la doctrina social de la Iglesia aprueba y recomienda que un estado sea
laico, es decir, que estén diferenciados la esfera religiosa de la esfera
política. En un verdadero estado laico los dos poderes se respetan e incluso
colaboran, cada uno desde su papel, en la construcción de una sociedad mejor,
que al fin y al cabo es el objetivo de ambos. Un estado laicista, en cambio,
tiende a eliminar cualquier otra realidad que no sea él, y tiende a ser
agresivo contra la Iglesia, tiende al ateísmo y al materialismo práctico, y ya
sabemos por la historia cómo termina este tipo de política: en totalitarismos
opresivos y en sociedades carentes de valores.
¿Cuál
sería el mensaje central de la novela?
--Gustavo
Aguilera: Se trata de no olvidar que estamos gozando de esas libertades gracias
al sacrificio máximo de muchos hombres y mujeres. Que no debemos olvidar el
ejemplo de estos verdaderos héroes de México que defendieron el primer derecho
del ser humano, el derecho a la libertad religiosa. Y muchos de ellos fueron
fieles a sus convicciones religiosas, como los mártires, y no renegaron de sus
creencias ni ante los cañones del pelotón de fusilamiento.
También quiero
que nos cuestionemos si nosotros estamos dispuestos a hacer lo mismo. Porque a
veces no confesamos lo que creemos no ya ante un máuser, sino ante simple grupo
de amigos en un café, ante ciertos ambientes.
En fin, hacer
conciencia de que tenemos una deuda, que no debemos despreciar ese sacrificio
del que nos han venido muchas gracias durante estos ya casi cien años de
“libertad religiosa”.
Se
han rodado este último año dos películas acerca de la guerra cristera
--Gustavo
Aguilera: Una fue dirigida por el hijo del gran historiador Jean Meyer y está
basada en la novela cristera «Rescoldo» de Antonio Estrada. Trata de los
últimos cristeros, aquellos que siguieron luchando aún después de los famosos
arreglos de 1929. La otra película se llama «La Cristiada», del productor Pablo
Barroso (El Gran Milagro, Guadalupe…), y dirigida por Dan Wright (efectos especiales
de Narnia, El Señor de los Anillos, Titanic). Sé que esta producción se
centrará en el general Gorostieta, un general del gobierno que pasó a dirigir a
los cristeros. No era muy creyente y al final se acercó a la fe, gracias al
testimonio de sus tropas. He visto el trailer de «La Cristiada» y se me hace
muy bien hecha, con muy buen reparto de actores, buena calidad. No en vano ha
sido la película de producción mexicana más cara de la historia. Y me alegra
que tal inversión se haya hecho en un tema que vale tanto la pena.
Benedicto
XVI visitó México en marzo y tuvo un encuentro con los mexicanos cerca del
Cerro del Cubilete. ¿Qué relación tiene este lugar con la guerra cristera?
--Gustavo
Aguilera: Pío XI instituyó la solemnidad de Cristo Rey para toda la Iglesia en
1925, pero los obispos mexicanos ya habían consagrado la nación a Cristo Rey
años antes, en 1914. Poco después, los católicos mexicanos levantaron una
estatua a Cristo Rey en el Cerro del Cubilete, considerado el centro geográfico
de México. En 1926, al inicio de la guerra cristera, el presidente Plutarco
Elías Calles mandó bombardear el monumento. Después de la guerra cristera se
reconstruyó y ha sido símbolo del catolicismo, de la libertad religiosa y de
los mártires de la guerra cristera.
Lo más
emblemático de este monumento es una estatua de Cristo Rey. Es la estatua de
Cristo de bronce más grande del mundo. Mide 20 metros de altura y pesa 80
toneladas.
Se puede obtener
el libro en: http://www.amazon.es/Sangre-de-h%C3%A9roes-ebook/dp/B006ZPRNW2/ref=sr_1_2?ie=UTF8&qid=1334568195&sr=8-2&tag=zenit058-21 .
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