01/11/2013
Polémicas en torno
al matrimonio homosexual.
Polémicas
en torno a una investigación de la Universidad de Texas; según el estudio
serían menos saludables y más propensos al suicidio y a la traición
MARCO TOSATTI
Roma
En junio del
año pasado, la revista científica estadounidense “Social Science Research”, la
“peer rewieved” más prestigiosa del sector, publicó dos estudios muy
interesantes sobre los problemas de los niños que crecen dentro de una relación
homosexual. Estos estudios modificaron el panorama del conocimiento al
respecto.
Las primeras investigaciones sobre este argumento (y tal vez estas
sirvieron como base para las decisiones de la Corte Constitucional) afirmaban
que no hay diferencia en el desarrollo afectivo y psicológico de los niños de
parejas homosexuales y heterosexuales.
Hasta junio
del año pasado, como explicaba Francesco Paravati (presidente de la Sociedad
Italiana de Pediatría), los problemas relacionados con las «nuevas familias»
eran fenómenos muy recientes, por lo que las investigaciones tenían un carácter
preliminar y a menudo se realizaban con pequeños grupos y a breve plazo.
Uno de estos
dos nuevos estudios es el del sociólogo de la Universidad de Texas, Mark
Regnerus.
Su estudio está dotado de un método inédito cuantitativa y
cualitativamente.
Se basó en una muestra mucho más grande y a nivel nacional;
pero, sobre todo, dejó que fueran los «hijos» de padres homosexuales los que
tomaran la palabra.
Entre los
datos presentados, y que han creado polémicas, surgió que el 12% piensa en el
suicidio (en contra del 5% de los hijos de parejas heterosexuales), son más
propensos a la traición (40% contra 13%), a menudo son desempleados (28% contra
8%), recurren con mayor facilidad a la psicoterapia (19% frente a 8%) y
requieren mayor asistencia social con respecto a sus contemporáneos.
El 40 % de
los casos indicó que ha contraído una enfermedad de transmisión sexual (en
contra del 8%); son normalmente más pobres, menos saludables y más propensos al
tabaquismo y a la criminalidad.
Además, el
autor afirma que los estudios que se han publicado hasta ahora (y que sostienen
la teoría de que no hay «ninguna
diferencia» entre los niños que crecen en familias heterosexuales y “gay”, «se
basan en datos no casuales y poco representativos, usan muestras de dimensiones
pequeñas que no permiten la generalización hacia la población más amplia de
familias de homosexuales y lesbianas».
El movimiento
LBGT de los Estados Unidos puso en marcha una fuerte campaña para
deslegitimizar a Regnerus, que a menudo se ha mostrado a un paso del insulto y
del linchamiento moral (con una violencia extraordinaria). Incluso reunieron
firmas para pedir que la Universidad de Texas despidiera al investigador.
Por
ello comenzó una investigación interna para verificar la cientificidad del
estudio.
Sin embargo, el 29 de agosto del año pasado en el sitio web de la
misma universidad apareció este comunicado: «La Universidad de Texas estableció
que ninguna investigación formal puede ser justificada con respecto a las
acusaciones de mala conducta científica presentadas en contra del profesor Mark
Regnerus, con respecto a su artículo publicado en la revista “Social Science
Research”».
Según la
Universidad, «no hay pruebas suficientes para justificar una investigación».
Como sea, la investigación interna reconoció la legitimidad del trabajo del
investigador y su fidelidad al protocolo previsto por la metodología para la
investigación.
La
Universidad de Texas se encuentra en el lugar 67 entre las mejores
universidades del mundo, según el “US News and World Report.
La investigación
de Regnerus, además, fue aprobada por el “New York Times”, que no es un dechado
de simpatía para con las posturas tradicionales.
El periódico escribió que «los
expertos externos, en general, dijeron que la investigación fue rigurosa y que
ofrece algunos de los mayores datos al respecto».
La comisión “externa” estaba
formada por un grupo de 18 científicos y profesores universitarios.
Además,
diferentes psicólogos y psiquiatras reconocieron la confiabilidad de los
incómodos resultados.
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