A las 1:49 PM, por Bruno
Categorías : Iglesia en el mundo, Moral
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Hace un par de años, el Presidente Obama
pronunció una frase que podría ser el resumen de su mandato presidencial. Al
tratarse del Presidente más favorable al aborto de la historia de los Estados
Unidos y haber votado en contra de que los médicos tuvieran que prestar
cuidados sanitarios a los niños que sobrevivieran a un aborto, un periodista le
hizo una pregunta lógica: ¿Cuando comienza el feto a ser una persona humana?
El Presidente Obama respondió que eso estaba “por encima de su rango salarial”.
En inglés, “above my paygrade”.
No deja de ser curiosa la respuesta, porque
si no sabe si el feto es un niño o no, lo lógico es protegerlo, no matarlo,
pero será quizá que la lógica también está por encima de su rango
salarial. O quizá puede uno sospechar que, para cierto tipo de
político, la lógica sólo importa si le va a proporcionar más votos, al igual
que la moral, la verdad o el bienestar de los ciudadanos.
¿Por qué cuento esto? Porque tiene cierta
relación con algo que sucedió hace un par de días.
En
la convención del Partido Demócrata del otro día, uno de los oradores fue una
monja, Sor Simone Campbell. Es una de las monjas de la LCWR, la
heterodoxa Conferencia de Superioras que tuvo que ser intervenida por Roma. Sor
Simone es conocida en los Estados Unidos por haber organizado la campaña
“Monjas en un autobús”, que ha recorrido el país para hablar contra los
republicanos y, de paso, criticar a la Iglesia, sus tradiciones, su jerarquía,
su doctrina, su forma de actuar y su moral.
Un rato antes de
que empezara la Convención, un periodista de The Weekly Standard le preguntó a
Sor Simone: “En el ámbito legal, ¿cree que debería haber penalizaciones contra
los médicos que realicen abortos? Quiero decir que si
debería ser ilegal realizar abortos”. Y la hermana Campbell respondió: “Eso
está por encima de mi rango salarial. No lo sé”.
En inglés,
“beyond my pay grade".
Sor Simone no conoce la respuesta. No importa
que las encíclicas papales, el Catecismo de la Iglesia Católica y los
documentos de los obispos de todo el mundo hayan respondido esa pregunta hasta
la saciedad. No importa que la Hermana desaprovechara la
oportunidad de dar una palabra de parte de Dios sobre el aborto a
una convención demócrata que ha convertido en su bandera el “derecho” de la
mujer a elegir matar a su hijo. No importa que la sangre derramada de un millón
de inocentes al año clame al cielo. Sor Simone no conoce la respuesta.
Es curioso que el Presidente Obama y Sor Simone contestaran lo mismo. Creo que Obama cobra algo más de medio millón de dólares al año, así que eso supone que ninguno de nosotros llega tampoco al “rango salarial” necesario para opinar del tema. Quizá deberíamos callarnos. Aún más llama la atención que la cuestión esté por encima del “rango salarial” de Sor Simone.
Porque el
sueldo de una monja, al menos de las católicas, es nada más y nada menos que la
Vida eterna. No se puede ganar más que eso, ni hay “rango
salarial” más alto.
En mi opinión, sin embargo, tanto
Obama como la Hermana Campbell hicieron como Caifás, que profetizó sin saberlo.
Si uno considera adecuadamente la cuestión, es cierto que la cuestión del
aborto está por encima del rango salarial de presidentes, monjas y cualquier
otro ser humano, porque es Dios mismo quien decidió esta cuestión.
Y dejó clarísima la respuesta, tanto en los mandamientos como en la Ley Natural
que grabó en el corazón mismo de cada hombre, para que nadie pueda dar como
excusa que no sabe la respuesta: No matarás.
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